lunes, 30 de abril de 2007

Padilla sobrevive de milagro

Juan José Padilla, torero de Jerez, estuvo ayer a un milímetro de abandonar este valle de lágrimas merced a la terrible voltereta que le propinó su segundo Miura al recibirlo en ese absurdo potro de tortura que es la porta gayola. En la tele se vio la forma en la que el pitón trató de hincarse en su nuca y la saña con la que el hijo aquel de Zahariche le derrotó en el cuello. Por ese milagro que en Pamplona se llama capotillo de San Fermín, el ciclón salió indemne pero aturdido y la verdad es que se jugó la vida una y otra vez sin parecer importarle su anatomía. Sin embargo, y rindiéndole pleitesía por su desmesura entrega, dio la sensación siempre de estar abocado a la cornada, a merced del toro y sin recursos para salir con fortuna de cada trance, porque eso era cada uno de los lances que dio, tanto con el capote como después con la pañosa. La gente de Sevilla creo que lo vio así y le pedía que se fuera de la cara del toro, mas el jerezano seguía empeñado en el intento y a punto estuvo de ser cogido varias veces más, en unas ocasiones por exceso de confianza y en otras por despistes. No sé, pero creo que a veces fue demasiado patético el cuadro que compuso, aunque se le perdona porque estaba frente a un torazo y desvencijado por la terrible voltereta anterior. La corrida de Miura tuvo muchas lecturas y alguna de ellas muy negativas como la falta de fuerzas de algunos de los ejemplares, además del amplio descastamiento que padece. Al segundo le dieron la vuelta al ruedo. El animal era precioso y gigantesco y aunque peleó muy bien en varas, en la muleta acabó yéndose descaradamente. Pero a Miura le vale, aunque ésa sea la pena. Me gustó El Fundi por su profesionalidad y Javier Valverde volvió a demostrar su pundonor.

o Juan José Padilla:
"Si tuviera delante al Presidente le diría más de una guasa"

domingo, 29 de abril de 2007

Sevilla se desborda

Culmina hoy la Feria de Abril más pródiga en triunfos de la década: Ventura, El Cid y Talavante abren la Puerta del Príncipe, y triunfan Rincón, Morante y Manzanares

Manuel Jesús ‘El Cid’ se acerca con cuatro Puertas del Príncipe al récord de cinco que poseen Curro Romero y Espartaco; Alejandro Talavante, que ayer mismo protagonizó ‘Informe Semanal’, ha impactado con su hieratismo a los tendidos sevillanos y Morante de la Puebla, en su último toro, se fue a la puerta de chiqueros, causó asombro con su capote y fue capaz de conmover el espíritu de los aficionados con una faena onírica, en la que parecía trasmutado por no se sabe qué constelaciones. Y bordó el toreo y rindió a una plaza que parecía esperarlo de uñas. Esto no son nada más que tres pinceladas sobre lo que está sucediendo en Sevilla en una Feria de Abril absolutamente pródiga en orejas y tardes de triunfo. Y además, con la paradoja de muy pocas corridas completas, aunque eso sí, repletas de toros sueltos con opciones de triunfo.
Talavante ha impactado por su quietud y por ser capaz de sobreponerse a la locura colectiva que causó Morante. Parecía imposible que nadie triunfara después y sin embargo lo consiguió. Muchos critican su toreo –dicen incluso que es un mal torero– pero lleva un inicio de temporada aplastante con triunfos en Valencia, Sevilla y Madrid. ¿Alguien da mas? Otra de las cumbres sevillanas la ha protagonizado César Rincón en su despedida del coso del Baratillo. El colombiano veía como los Torrestrellas deambulaban por el ruedo anodinos y grises. Le devolvieron su segundo y salió el sobrero: un toraco muy encastado y con poder al que sometió con su muleta. Fue volteado de muy mala manera, cayó peor, pero volvió a la cara del toro –sin aspaviento alguno– con esa serenidad exclusiva de los que son capaces de sortear a la muerte sin tapujos, de los que conocen la cicuta de la cornada. Y empezó a templar más que antes, a someter, a ligar muletazos entrelazados y rindió de nuevo a todos los aficionados. Otro de los matadores que ha dejado un gran sabor de boca ha sido José María Manzanares, por la calidad que atesora y por la que se le adivina. Se hizo con las dos orejas de un Zalduendo tras una faena marcada por el empaque y, a veces, por la profundidad de su bello toreo al natural. Antonio Ferrera y López Chaves reivindicaron su torería con las corridas duras y Sebastián Castella, que ha cortado dos orejas a sendos toros, ha sido uno de los diestros que ha quedado por debajo de las expectativas, al igual que ‘El Juli’, que también ha pagado su factura por apuntarse a corridas tan comerciales. Ponce sólo ha aburrido y Gallo, ‘El Capea’, Salvador Cortés y Perera no han dicho casi nada.

o Tres Puertas del Príncipe: Los toreros que han franqueado el ansiado fielato han sido Diego Ventura (rejoneador); Manuel Jesús ‘El Cid’ (con los Victorinos) y Alejandro Talavante (Núñez del Cuvillo). Para conseguir este privilegio hay que cortar tres orejas.
o Faenas de dos orejas: Morante de la Puebla, César Rincón y José María Manzanares. o Faenas de una oreja: Antonio Ferrera, Domigo López Chaves, El Juli, Talavante, El Cid y Sebastián Castella (2) y Pablo Hermoso de Mendoza (2).
o Ganaderías destacadas: Victorino Martín, con la vuelta al ruedo al toro ‘Borgoñés’, al que El Cid le cortó tres orejas. No ha habido ninguna corrida completa, aunque eso sí, toros sueltos muy buenos de Núñez del Cuvillo, Torrealta, Cuadri y sendos de Zalduendo y Torrestrella.
o (Artículo publicado hoy en la página temática de toros de Diario La Rioja)

Fenómenos paranormales

En la vida menudean los fenómenos inexplicables: los Ovnis, las caras de Bélmez, el mismísimo Bush, Yola Berrocal o que el Real Madrid tenga posibilidades de ganar la liga. Y el mundo de los toros, como parte que es del acontecer humano, también cuenta con su ración de paranormales acontecimientos, de extraños sucesos o de inescrutables decisiones. Y ayer se vivió uno de ellos en la plaza de Calahorra: el hecho mismo de la celebración del festejo con el diluvio universal citado sobre La Planilla, el ruedo hecho un barrizal y nadie, es decir, nadie en los tendidos. Este cronista, entre lance y lance (de los toreros, se entiende), se entretuvo en contar el número de espectadores que se había dado cita allí: sesenta y cinco, exceptuando a los músicos y a los que de gañote deambulaban por el callejón, a los médicos y a los taquilleros que de hurtadillas se asomaron a los tendidos a ver cómo iba la cosa. Sesenta y cinco espectadores, seis toros, un montón de picadores, los banderilleros, el alguacilillo y la lluvia incesante que sólo al final se tomó un respiro... Antes de comenzar el paseíllo, los jóvenes coletudos discernían entre ellos ¿Toreamos o no toreamos? Algún banderillero insistía en que era una locura comenzar. Fue el único. Así que jarreando, media hora después de las seis de la tarde, con la plaza terriblemente vacía, comenzaba el acontecimiento más absurdo de los últimos tiempos: una corrida de toros sin público; los tendidos ahítos, los timbales totalmente recrecidos por el eco y el presidente y sus dos asesores solitos en el palco, sin nadie que les protestara, sin líos a la vista. Y los toreros, a lo suyo y los banderilleros quejicosos por el ruedo, por las inclemencias y por el afán de tres jóvenes novilleros que se echaron la manta a la cabeza y decidieron torear cuando lo que tocaba eran sopitas calientes y partidas de mus, o una buena lectura, que bien mirado, no hace mal nadie. Pepe Moral, que a la postre cortó dos orejas, es un torero espigado que se gusta mucho en los lances al natural, como cuando dio sitio al primero de sus morlacos y dibujo al menos tres tandas con especial suavidad, con inusitada firmeza. Conviene recordar la faena que le valió el último ‘Zapato de Oro’ y cómo ahonda cada vez más en un toreo ligado y nada superficial, quizás un punto rápido, pero con verdad en los cites y claridad en las ideas. En el novillo de las dos orejas volvió a demostrar su temple y aunque el morlaco se quedaba más corto, la primera parte de cada muletazo tuvo enorme plasticidad. Mató por arriba y paseó dos orejas pedidas a grito pelao por una señora que se erigió en la protagonista de la grada. Eso sí que eran pulmones. Conviene apuntar que de los sesenta y cuatro espectadores restantes, al menos el 75 por ciento también solicitó el premio, aunque sin gritar, blandiendo pañuelos o agitando bolsas de pipas, cacahuetes o paraguas. Uno lo hizo con el puro. Miguel Tendero también dio una gratísima impresión, sobre todo en el primero de su lote, donde dejó algún pasaje de gran calidad. Acaba de debutar con caballos y se llevó el sexto, que a pesar de ser un novillo, parecía el padre de los que en esta plaza en marzo estoqueó, por ejemplo, ‘El Cordobés’. (Esto no es un fenómeno paranormal porque se suelen conocer las razones, pero sucede en casi todas las plazas). El novillero menos lucido fue Andrés González, que estuvo voluntarioso ante un lote que mereció más.

sábado, 28 de abril de 2007

Calahorra mediterránea

Koldo Royo inauguró las Jornadas Gastronómicas de la Verdura con una ponencia en la que demostró su amor por los productos auténticos y su respeto hacia la cocina de La Rioja

Koldo Royo demostró en la inauguración de las XI Jornadas Gastronómicas de la Verdura que siente una pasión desmedida por los sabores de la cuenca mediterránea, por los recuerdos de su infancia y por las posibilidades que ofrecen en la cocina estos maravillosos productos.
El cocinero de origen riojano (nació en San Sebastián pero su familia proviene de Alcanadre) habló de la vinculación que existe entre la cocina y los productos de nuestra tierra y la denominada Dieta Mediterránea; pero Koldo Royo fue más allá porque fue precisamente en el arco que fija el Mare Nostrum donde depositó sus anhelos, gracias a la influencia de las verduras, el aceite y el vino, tres de los productos claves en su forma de entender la vida, y lógicamente, la gastronomía. De hecho, el cocinero fue más allá y recordó los sabores de su infancia a través de las sensaciones de niño en La Rioja: «En esta tierra se puede mirar hacia adelante sin temor porque se adivina el horizonte, se puede caminar despacio deteniéndose en los detalles que con la vorágine actual muchas veces pasan desapercibidos», señaló Koldo Royo. Otra de las cuestiones que abordó el cocinero que el lunes inauguró las jornadas de la Verdura fue la importancia trascendental que tiene para la cocina el respeto por las materias primas: «Hay que conocer el campo, las variedades, las fórmulas y los tiempos y ritmos de cocción», sentenció Koldo Royo antes de dar paso a la colección de recetas artísticas que trajo a Calahorra. De hecho, Koldo Royo se definió como un cocinero tradicional pero arreglado, que busca siempre el sabor y el alma de los alimentos. Koldo Royo vino a Calahorra acompañado por un ordenador portátil y un DVD en el que con la compañía del ‘Swing de Koldo’, creado por un compositor amigo suyo, realizó un sabroso paseo por un manojo de recetas que tenían la particularidad de ser interpretadas artísticamente por un buen número de amigos suyos pintores. En cada una de las imágenes aparecía el texto habitual de las recetas y a su lado su interpretación artística. Había tantos estilos como pintores invitados. Este proyecto, que está muy relacionado con la famosa página web del cocinero –www.afuegolento.com–, está destinado a ser un libro de carácter no venal que tiene entre sus proyectos editar este cocinero. Otro de los temas que trató Koldo Royo fue el mundo de la gastronomía también como negocio: «Es importante que los clientes salgan satisfechos de los restaurantes y que disfruten por lo que pagan».

miércoles, 25 de abril de 2007

César Rincón o el toreo enterno (y tres apostillas, tres)

Y tras lo de Morante, todavía con las retinas ciegas por la convulsión, llegó el turno del maestro César Rincón, que lo volvió a bordar como lo borda cuando siente el toreo. Estaba en Sevilla, con los Torrestrellas de su devoción y convocaba a los aficionados a su último paseíllo en el coso del Baratillo. Existían, pues, muchos motivos para la esperanza. Y allá que se fue el maestro con el fiero sobrero que el destino le había deparado para la despedida. Y amigos, la cosa fue sencillamente maravillosa porque desde el primer momento César y el toro entraron en un diálogo desafiante, en esa conspiración contra la abulia y el tedio que es la tauromaquia cuando la entrega no se convierte en rutina, sino en cuestión de fe. Y César, con su muleta, es un creyente auténtico. De hecho, los dos pilares de su obra fueron las distancias y esos terrenos que domina como nadie. Se espatarró y por momentos se fundió con la brava catadura del burel. Y llegó la voltereta terrible en tres tiempos, con una tremebunda caída de la que pareció quedar conmocionado. Pero volvió a la cara del toro, sin aspaviento alguno, con esa serenidad exclusiva de los que son capaces de sortear a la muerte sin tapujos, de los que conocen la cicuta de la cornada. Y empezó a templar más que antes, a someter, a ligar muletazos entrelazados. Era de nuevo el César Rincón de las tardes épicas de Las Ventas, de la desmesura sin despeinarse, del torero eterno.

o Primera apostilla: lo del palco de Sevilla es lamentable, es la Charito, vamos, un carrusel de orejas sin ton ni son.

o Apostilla segunda: me encanta la cuadra de picar, con sus finos caballos toreros que se mueven con estudiada sobriedad. Qué diferencia con los horribles percherones.
o Y finalmente quiero apostillar que aunque se han pasado con las orejas a Talavante, me rindo ante su entrega y su espíritu. Además, quiere hacer las cosas muy bien, no se pliega ante nadie y de vez en cuando sopla naturales larguísimos. Qué pensarán de todo esto toreros como Capea o Eduardo Gallo.

Morante, me muero por tus huesos

Morante de la Puebla arrebatado. El tiempo detenido, el silencio de la maravilla; no hay quien toree mejor que tú porque tu sino es el precipicio, parecía decirse para sí cuando ensimismado consigo mismo paseaba las orejas en el círculo imperfecto de la Maestranza. Morante resucitado e irregular, Morante como un superviviente en el abismo de la ingratitud. Lo confieso: nunca había sido partidario suyo y ahora me muero por sus huesos; nunca me lo había terminado de creer –aunque me cegaran a veces sus fogonazos– y ahora me siento, no sé, como culpable por no haber sido capaz de descifrar su mensaje, de entender que bajo su caparazón de torero artista, de sucesor engreído de no se sabe qué cosas ante toros tantas veces arrasados, sencillamente latía el corazón de un hombre en busca de su destino, alejado diametralmente de los cursis que lo veneran por su fragilidad. Y es que Morante de la Puebla es torero, personaje y persona, contradictorio como el vino añejo que mueve sus moléculas cuando lo citan para transformarse en hilo de delicados aromas. Y qué dislate verle hundido torear para sí, con la cabeza entreverada, con la misma testa que antes le querían sesgar a los que un segundo después se hacían partidarios suyos para la eternidad, como yo mismo. Y daba no sé que verlo a porta gayola, pero no era una estratagema para anunciar nada: era el primer acto de la transfiguración. Morante herido de sí –se ha visto– es un toreo rabioso, un toreo que duele, un toreo macizo como ninguno. Por eso es capaz de irse al más allá del pitón contrario con la muleta escondida detrás; que se ofusca con muletazos maravillosos, legendarios, indescriptibles; con adornos tan lentamente prolongados que hacían crepitar el corazón. Era Morante de la Puebla destilado, reducido a la esencia, sin nada más que su desnudez y su voluntad, sin otro aditamento que su alma luminosamente escarnecida. Era Morante antes y después, y a pesar de los filólogos que han rebuscado en su mito palabras y adjetivos para definirle, todo era más sencillo: simplemente torero. (Foto de Matito, de Toros Comuncación)

lunes, 23 de abril de 2007

El Manifiesto de los aficionados

Acaba de nacer –El blog del Manifiesto de los Aficionados– para sumar adhesiones a la iniciativa de un grupo de aficionados a los toros que reclaman una fiesta íntegra, auténtica y justa.

La concurso de Zaragoza: lo mejor la compañía

Corrida concurso en la bellísima plaza de toros de Zaragoza; buenos aficionados en los tendidos (aunque pocos), toreros sencillos (López Chaves y Alberto Álvarez) –que no simples– y el que apuntó para figura, Víctor Puerto, recetó una lección de desinterés y de falta de compromiso. La corrida se anunciaba, como decía, concurso de ganaderías y los hierros eran de prestigio. Sin embargo, hubo ganaderos que comentaron que venían con astados hijos de sementales en prueba (Victorino y Alcurrucén) o con animales muy feos: Cebada y Fuente Ymbro. Vayamos por partes, toros bravos no salió ninguno de verdad; lo más parecido fue el ñu enviado por Ricardo Gallardo, que tuvo alegría, recorrido, fijeza y prontitud y que fue hasta cuatro veces al caballo desde muy lejos. Álvarez estuvo templado con él y logró algún redondo muy bello. El toro de Palha fue el que se empleó con más clase en la primera parte, donde naufragó sin paliativos el zambombo de Villamarta y soseó en exceso el Victorino hermano de Borgoñés: humilló pero le falto casta, empuje y movilidad. El toro de Alcurrucén sólo tuvo fachada y malas pulgas y el cebadita, también destartalado pero con cuello, se empleó de largo en varas y tuvo movilidad por ambos pitones, aunque no anduvo sobrado de temperamento. En fin, toros en tono menor y Ricardo Gallarado, protagonista en exceso. Víctor Puerto demostró ser un torero amortizado, un tipo que no expone un alamar y que cree que ser director de lidia consiste en colocarse en la bocana del burladero en la suerte de varas. Patético el manchego. López Chaves volvió a jugársela y pisó terrenos conflictivos y Álvarez, que nada pudo hacer con el Guardiola, malogró una estimable labor en el sexto con la espada. Lo mejor, la compañía.

domingo, 22 de abril de 2007

Y Rafaé al fondo

Morante de la Puebla se apunta a la Beneficencia en solitario ante un ramillete de toros comerciales de exclusiva procedencia Domecq

La corrida de Beneficencia estaba hace unos años considerada como el gran evento del curso taurino. Figuras consagradas o los triunfadores de San Isidro y Sevilla se las solían ver a cara de perro ante una ganadería de asolerado prestigio. Sin embargo, desde hace varias temporadas este festejo, presidido tradicionalmente por el Rey de España y organizado por el Centro de Asuntos Taurinos (CAT) –órgano dependiente de la Comunidad de Madrid–, ha ido perdiendo prestigio y convirtiéndose «en una coartada al alcance de determinados matadores para poder anunciarse en la primera plaza del mundo con corriditas cómodas y público a favor gracias al reparto de un gran número de entradas de gañote», tal y como denuncian literalmente varios aficionados y asociaciones taurinas madrileñas en sus foros y bitácoras de Internet. Los gestores del CAT decidieron este año que los toros para dicho evento fueran de Torrestrella y se los ofrecieron sine qua non a ‘El Cid’ y Sebastián Castella. Pero la cosa sonaba rara porque Rafael de Paula, el flamante nuevo apoderado de Morante, ya había avisado en febrero de que era «posible que mi torero protagonice la Beneficencia en solitario».
Los dos matadores del mano a mano dijeron no a los toros de Torrestrella y la Comunidad, en una pirueta espectacular, anunció entonces que serían los triunfadores de San Isidro los que definitivamente estarían el seis de junio en Las Ventas. Sin embargo, tan sólo dos días después, José Pedro Gómez Ballesteros, gerente del CAT, decía que la corrida de Torrestrella para la Beneficencia «era sólo una posibilidad más entre las muchas que se estaban barajando». Rafael de Paula apareció de nuevo y empezaron a filtrase las ganaderías que estaba visitando para Morante. Es más, el empresario de Las Ventas, José Antonio Martínez Uranga, se sumó al tren del torero de la Puebla del Río con un nuevo dato: «Ojalá se remate el cartel de Beneficencia porque Morante torearía de forma desinteresada». Y la Comunidad cedió; se olvidó de los toros de Torrestrella y dio carta libre a Morante y Paula para que trajeran los toros que quisieran. Y eso ha sido la gota que ha colmado el vaso para muchos aficionados. De hecho, en las tertulias ya se vaticina el trasiego de camiones con toros y sobreros para la cita y la falta de criterio del CAT para organizar un evento de tanta importancia. Y Rafael de Paula detrás. Idolatrado por muchos aficionados, su colocación como apoderado de Morante fue una de las grandes sorpresas del invierno. Pero Paula (conocido como Rafaé) es un tipo controvertido. Sin ir más lejos, hace unos días, en el festival de los Toreros celebrado en Morazarzal, después de actuar Morante, salió al ruedo, levantó su mano e indicó que su torero era el número uno. El propio diestro quedó abochornado del espectáculo y una pareja de la Guardia Civil acompañó al jerezano fuera del ruedo, haciendo el paseíllo al revés ante el estupor de un público que se pitorreaba de tan lamentable estampa. Y ahora Morante, de nuevo con Paula –Rafaé– en el callejón, se encerrará en Las Ventas con seis toros escogidos para él en el campo y aprobados por la Comunidad de Madrid. Hace unos años Morante también actuó en solitario en Las Ventas. Fue un gran fracaso y días después anunció su retirada...
o Ganaderías:
Núñez del Cuvillo, Gavira, Román Sorando, Osborne, Ana María Bohórquez y Zalduendo (todas de origen Domecq).

o Intrahistoria:
La Comunidad de Madrid quería un mano a mano entre El Cid y Castella sólo con toros de Torrestrella. Los diestros se negaron y después a Morante le permiten seleccionar los astados a su gusto porque toreará de forma «desinteresada».
o (Artículo publicado hoy en la página temática de toros de Diario La Rioja)

sábado, 21 de abril de 2007

Manzanares, un diestro con empaque ante un toro menor

En un momento cambió el rumbo de la tarde, pero no el fondo porque los juampedros de Zalduendo eran escombros de toros, animales donde parece utópico que anide la bravura. Se movían como zombies, como esperpentos y encima estaban anovillados y con algunos pitones con demasiados síntomas de haber pasado por el mueco (esto son cavilaciones mías, qué coño). Sin duda habían llegado las figuras y con ellos los toros suelen escaparse como de una turbamulta, a borbotones. Llegan los mandones y desaparece el toro; llegan los que más cobran y sale el toro más chico y endeble. Morante daba pena, sólo al final una media..., con respingo, pero sólo una media. El Juli sigue sin enamorarme, aunque dio buenos naturales al quinto, un toro rezagado en cualquier dehesa pero que en la de Zalduendo parece un general. Y salió el sexto, finito él, cariñoso, un toro amable que requería una lidia medida en todo. Y acertó Manzanares porque es un torero con empaque, porque sabe de qué va el lío y porque le sirve menos de la mitad de tres cuartos para que parezca un gran obra la suya. Me pareció grandioso el arranque, porque es una danza lo suyo; no me motivó en redondos pero dibujó con la izquierda dos tandas bellísimas. Lástima el toro..., sin nada dentro; lástima el toreo y lástima Sevilla, que para mí, se mostró tan generosa con Manzanares como rácana con Domingo López Chaves, pero esto también son cavilaciones mías, cavilaciones de sábado por la tarde en un tono menor.

jueves, 19 de abril de 2007

Borgoñés, me rindo ante tu fulgor

Acabo de ver tu lidia en diferido, con la noche cálida asomada a mi corazón, con el soniquete de los tres del Plus que no saben callar ni por un momento. Y me rindo ante tu fulgor, hermoso Borgoñés, porque aunque no has sido un bravo de bandera, un toro excepcional, has embestido con una hondura imborrable, con tu alma entera, con tu sino de llevar la muerte prendida en ti desde que saliste como huyendo, aunque humillado, del segundo encuentro con el grácil caballo que antes habías derribado. No has sido exactamente un toro de bandera, Borgoñés, pero a mi los toros de bandera me suelen asustar, como las mujeres de bandera o como los cuartos de bandera, que aunque nunca he pisado ni por asomo, me suenan a guerras y a desconsuelos. Y aunque tu llevabas tu muerte escrita en la frente, Borgoñés, cosida a tu pelo ceniciento, he visto en tus ojos ese fulgor atávico por el que siempre me he rendido, por el que siempre he devorado libros de estirpes ganaderas tratando de averiguar el insondable secreto de la bravura. Y por eso me rindo ante tu fulgor, porque lo tuyo no era geometría, lo tuyo era sentimiento, era algo parecido a la tibia esperanza de los hombres que claman aventura. Y tu mirada siempre clara con esa dudosa energía de los toros que no son exactamente de bandera pero que tampoco gusta que les digan bonancibles. Pisabas el acelerador y El Cid, que es un consumado maestro, apenas podía quedarse quieto entre lance y lance, muy bueno alguno, pero con demasiadas carreras de por medio. Te ibas gastando y entonces, Borgoñés, embestías al ralentí y El Cid, con su alquimista mano izquierda logró templarte en algún natural infinito, de esos con los que mi abuelo me enseñó a soñar. Pero tú seguías con la muerte clavada en tu mirada, con tu muerte sabiéndose más poderosa que tu vida. Y tu agonía, Borgoñés, también fue una de las cumbres de tu fulgor. Entiendo la vida porque te has muerto y porque con tu sacrificio he recobrado el sentimiento trágico de la lidia. Eres la paradoja absoluta; la muerte recalcitrante, la vida ensimismada; eres, no sé cómo decírtelo Borgoñés, la negación más preclara de la vulgaridad soez de esta tauromaquia taimada en la que se sumen nuestros anhelos. Entiendo la vida porque te has muerto, amado Borgoñés, pero te aseguro que siempre merodearás en mis sueños cuando anhele el fulgor, tu infinito fulgor, ése con el que te has ido.

martes, 17 de abril de 2007

Camarón, gitano del universo

Se adivinan muchos flamencos, la Bernarda, los Patas casi de niños (hacedme el favor de escucharlos que ya sale su inimitable sonido), Juana la del Revuelo, Aurora Vargas y como un halcón, la voz de Camarón delgaíto, guapo, gitano de España, gitano del mundo, gitano del universo. Ahora toca disfrutarlo con su guitarra y todo.

Perezosos cuadris

Seria y preciosa. Hechuras bellísimas de los cuadris de ayer en Sevilla; pero tardos y flojos, y a veces, con desesperante abulia en sus embestidas. Me encantó el primero por su viaje humillado, por esa hondura seria de su quererse comer la muleta...; el cuarto tuvo altibajos aunque cuando Fernández Pineda lo enganchaba por delante con los vuelos se desplazaba con armonía, aunque mirase al toreo, que estuvo firme y decidido. El quinto, de nombre Turronero, tuvo algo más de decisión pero le faltó fondo. Acaso flirteó con la bravura pero no se enredó en la mata de pelo de la entrega, esa que suele ser proverbial en los astados de Comeuñas. Me decepcionó la corrida, además, por su perezosa lentitud, porque los toros enseguida se ponían a pensar... y porque, por ejemplo, Serafín Marín se mostrara, por momentos, tan desconfiado. La foto la he encontrado donde los amigos de Toro, torero y afición.

domingo, 15 de abril de 2007

¿Verdad o fotocopia?

Alejandro Talavante conmovió a Las Ventas el domingo, toreó con un capote de José Tomás, comparte su mentor y la misma concepción de la tauromaquia

El domingo la plaza de Las Ventas entró en trance. Confirmaba Alejandro Talavante su alternativa y en sexto lugar apareció uno de esos atanasios mansos pero de embestidas infinitas... Y se produjo la catarsis, las dos orejas y el encumbramiento de un torero que ha pasado del anonimato a estar en todas las ferias en menos de un año. Es decir, casi el tiempo exacto desde que se produjo el llamado efecto Talavante en el anterior San Isidro. En aquella novillada, el torero pacense asombró por su increíble parecido con José Tomás, tanto físico como en sus maneras. Y curiosamente, en el callejón apareció como apoderado Antonio Corbacho, el hombre que siempre acompañaba al torero que ahora ha decido reaparecer.
Mas Talavante no cortó ninguna oreja, e incluso alarmó por su absoluta impericia con la espada. Pero su toreo, su quietud y su aroma a José Tomás hicieron el resto. Días después tomó la alternativa y de pronto los empresarios empezaron a colocarlo en las ferias. Sin triunfar en Madrid recorrió España –pasó por Logroño con desigual suerte– y enseguida empezó a labrarse su leyenda. En las entrevistas que concedió –tantas que se solapaban unas a otras– empezó a hablar del toreo como ejercicio espiritual en el que la inmolación del hombre es parte del ritual de la entrega. También hizo gracia la anécdota de la zapatería: decía la leyenda que un día Corbacho y Talavante fueron a comprar unos zapatos. El maestro no se decidía entre los siete u ocho pares que más le gustaban (los especialistas todavía no se han puesto de acuerdo en el numero de mocasines que había en liza). Y Corbacho le dijo al matador: «Una figura del toreo no puede dudar ni en una zapatería». Y se los compró todos. Aquello hizo gracia pero Talavante empezó a cuajar también sus maneras y a preparase a fondo para este año. Y las cosas no han podido empezar mejor: dos orejas en Valencia y ahora el zambombazo de Madrid. Eso sí, nadie se ha puesto de acuerdo para definir su faena: imperfecta para unos, de asombrosa valentía para otros. El caso es que Talavante –el torero más parecido del mundo a José Tomás sin ser José Tomás– logró el domingo de Resurrección enloquecer a la considerada primera plaza del mundo, situarse a un paso de la cima del escalafón y demostrarse a si mismo que aunque para otros sea una fotocopia él sí cree en su verdad.
(Artículo publicado hoy en la página temática de toros de Diario La Rioja).

miércoles, 11 de abril de 2007

Maneras de vivir

Comer o qué comer, un paseo por las rutas de la comida de la mano de la profesora Carmen Lomas.

La profesora de la UR Carmen Lomas ha dedicado toda su vida profesional al estudio de la alimentación. Es más, describe su relación con la comida como «íntima y personal», tal y como subyace en las sensaciones e ideas que afloran en cada página de ‘Comer o qué comer’, una obra literaria –aunque ella prefiere denominarla sencillamente como guía por las rutas de la alimentación actual– en la que ha reflejado sus vivencias con la comida, su manera de vivirla.
«La alimentación –subraya la profesora Lomas– es parte integrante de este mundo en el que vivimos y supone un factor de influencia de vital importancia en todo el contexto de nuestra vida, representando asimismo un reflejo de él. En la era de la informática, la alimentación también se ha convertido en interactiva: la información sobre sus alimentos, sus componentes, la conveniencia de seguir unas pautas o unas dietas u otras nos está llegando incesantemente por los medios de comunicación. Siempre algo distinto, siempre algún descubrimiento innovador». El libro está estructurado en cuatro grandes bloques y en el primer gran capítulo aborda las materias primas de los alimentos, desde el ciclo del agua hasta el flujo de la energía a través de los seres vivos. Pero quizás, la parte más divertida la obtiene al depositar su pluma en el m undi de los sentidos y, sobre todo, en el «universo de los sentidos». Y aquí la autora habla del fuego, de la vista que «es la que trabaja» y el apetito y la «satisfacción de comer». Vivimos como comemos y comemos como vivimos. Nuestros hábitos alimenticios nos reflejan de un modo tal que la forma de alimentarnos no supone más que una extensión de nuestra manera de vivir. De hecho, existen tantas formas de comer como personas, asegura en el segundo capítulo, donde pasea por el significado de la alimentación en nuestra sociedad. Tras diferentes disquisiciones, la profesora abunda en «lo acomodaticia que se ha hecho nuestra comida y lo cómodo que se ha vuelto comer». Aunque, eso sí, no se muestra demasiado segura de los beneficios que reporta el actual sistema alimentario a nuestra salud y a nuestro bienestar. El tercer bloque de la obra adquiere forma de fábula gracias a un personaje, Don Próspero Occidentalis, un pobre hombre rico que vive sumido en un cúmulo de miserias tales como el colesterol, obesidad, riesgos coronarios e, incluso, las caries. Menos mal que a este desdichado le acompañan Don Progreso, Don Apresurado y Don Consciente... La cuarta parte habla del futuro, de los llamados alimentos funcionales y los de nueva generación, a través de la tecnología alimentaria. Quizás sea el final del libro donde Carmen haya dejado sus sensaciones más emotivas, sobre todo cuando habla de la gastronomía, de la pasión por el arte y de la tranquilidad de saborear.

domingo, 1 de abril de 2007

San Isidro: ¿los mundiales del toreo?

El empresario de la plaza de toros de Las Ventas, Jose Antonio Martínez Uranga, dijo el miércoles en la presentación oficial de los carteles de San Isidro que había logrado «componer al 99 por ciento la feria que queríamos hacer» y que por lo tanto habían logrado una «gran feria». Sin embargo, arañando entre las treinta combinaciones de lo que para muchos son algo así como los mundiales del toreo y dejando a un lado las anunciadas ausencias de José Tomás y Cayetano, se repiten varias de las tónicas habituales de los últimos años: una sola comparecencia de Enrique Ponce, ausencia casi total de competencia entre las figuras –sólo la tarde del 24 de mayo está rematada de verdad– y huida generalizada de los diestros más relevantes de las ganaderías encastadas, que se quedan para los modestos. El caso más significativo posiblemente sea el de Sebastián Castella, que sólo lidiará hierros comerciales: Valdefresno, Puerto de San Lorenzo y Garcigrande, divisa esta última que dada su extrema flojedad no le permitió el año pasado lograr su ansiada primera puerta grande madrileña. Quizás luego lleguen las lamentaciones y las culpas a los presidentes o a los veterinarios. El otro de los grandes, Julián López ‘El Juli’, aparece sólo dos tardes: la segunda con Castella y Talavante en el mencionado festejo de los bombones de Garcigrande y la primera el 23 de mayo, ahora con la ganadería triunfadora del pasado –Victoriano del Río– y acompañado por Uceda Leal y José María Manzanares. Sólo Manuel Jesús ‘El Cid’ se sale de la rutinaria comodidad y tal y como sucederá en Sevilla en unos días, vuelve a apuntarse a las reses de Victorino Martín. Además, dará la cara frente a Rincón y ‘El Cid’, y después y para compensar, participará en el debú con una corrida completa de Juan Pedro Domecq como ganadero en Madrid. Morante de la Puebla, que se ha ofrecido para torear gratis y en solitario la corrida de la Beneficencia, aparece en dos corridas: la primera con las incondicionales reses de Núñez del Cuvillo y la segunda con toros de ‘El Pilar’, es decir, más domés para su toreo de pitiminí, para mayor gloria de todos sus seguidores y de er Paula, su apoderado.
o La más esperada: César Rincón, Enrique Ponce y El Cid (toros de Alcurrucén).
o El despeñadero:
El Fundi, José Ignacio Ramos y Fernando Robleño con los pupilos de José Escolar.

o El clavel reventón:
El Juli, Sebastian Castella y Alejandro Talavate, con Garcigrande, un hierro flojísimo y meloso del gusto de los toreros.

o ¿Dos corridas, dos?:
Tras fracasar el año pasado, Taurodelta coloca a El Capea junior en dos corridas de figuras: día 11 con reses de Lagunajanda y el 15 con toros de Núñez del Cuvillo, Morante y Talavante. Y Morenito de Aranda, por ejemplo...

Lo sigue confundiendo todo

Hay un tipo que escribe en un periódico riojano que tiene la virtud de equivocarse casi siempre. Y digo casi siempre por no parecerme a él cuando dicta verdades supremas desde su tribuna. La última verdad, publicada hoy, asegura que la estampa de Chano es "un tanto patética" y que "no canta. Silabea, recita". Este tipo me ha insultado, se ha equivocado conmigo multitud de veces, me ha acusado de lograr la información por medios ilícitos.... y me ha dado igual. Aunque eso sí, a nuestro Chano no consiento que lo toque, un respeto, por favor. A Chano, majo, lo dejas en paz porque si ser patético es llegar a los ochenta años y dar una lección de humildad, ternura y cante, a mí también me gustaría ser patético, no como tú, que eres genial.

gracias por visitar toroprensa.com

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