lunes, 24 de agosto de 2015
Cagancho, el caballo más icónico del toreo
‘Cagancho’ llegó sin papeles de Portugal y desde la nada revolucionó el rejoneo
Cuenta Pablo Hermoso de Mendoza que ‘Cagancho’, que murió el jueves, salió -como hacía a diario- a los potreros de la finca de Estella a gozar de su momento de paseo en libertad cuando sufrió una especie de ictus que le provocó un desmayo. Se le administró un tranquilizante y tras unos minutos, el caballo con ayuda consiguió levantarse y así ser trasladado hasta su box. Llegó con las fuerzas justas y sin visión, lo que pudo ser provocado por algún coágulo motivado por el ictus. El caso es que entrada la madrugada, dejó de respirar y se fue en silencio, «galopando de costado hacia el olimpo equino, donde seguirá reinando con su poderoso físico». Así fueron los últimos momentos de ‘Cagancho’, el caballo más importante en la carrera de Hermoso de Mendoza y sin duda el más importante de la historia del rejoneo. El más personal «Posiblemente no fue el mejor, ni el más bonito, ni el más ágil... pero sí fue el que más personalidad imprimió en la plaza a todas sus evoluciones. Una personalidad cimentada en un físico barroco, un tono negro cuatralbo que lo distinguía fácilmente de todos los demás caballos, un nombre pegadizo (recordando a un torero legendario y gitano de principios de siglo artista y medroso, capaz de lo mejor y de lo peor). ‘Cagancho’ aportó un sentido del toreo que hasta entonces no se concebía en un caballo. Hubo momentos en que la popularidad del caballo fue tal estaba por encima de la del propio Pablo. «Hoy torea Cagancho», rezaban los titulares periodísticos. Era un caballo barrigón, con las patas llenas de heridas de verano que llegaba a la finca de Acedo desde Portugal casi en ‘patera’, sin papeles y que tuvo que sufrir una enorme transformación física a lo largo del invierno para debutar en 1991 como caballo de último tercio. Nunca se sintió a gusto en ese tercio y así, decepción tras decepción, se llegó a la corrida de Ejea de los Caballeros, a primeros de septiembre que fue donde Pablo explotó y dijo «basta ya», porque una y otra vez el caballo se chocaba con el toro, no pasaba y no había forma de acabar con aquel astado. En ese momento Pablo se rindió y vio que su inversión había sido un fracaso, que aquel caballo no le iba a servir. Pero los tiempos y la situación no estaban para derrochar ni caballos, ni dinero y a los pocos días en Ampuero (Cantabria) decidió probarlo en el tercio de banderillas. El caballo, cuando iba de frente al toro mostraba una enorme habilidad, no quería torear al hilo del pitón como se hace para matar, sino quería gustarse en la suerte, llegar a la cara del toro y salir toreando con el pecho. Ese día se descubrió el diamante en bruto que era. A partir de aquí, mucho entrenamiento, mucho cuidado en su dieta porque era muy tragón y al ir escalando posiciones en el toreo a caballo hasta el punto de formar un dúo que comenzó a maravillar al mundo en la temporada 1994 y a ser el consentido del público desde aquí hasta su retirada en 2002. Once años en los que Pablo se instaló en la elite del toreo a caballo como indiscutible número uno y siempre de la rienda de este ‘Cagancho’, que siempre tuvo novias, como los colombianos que pusieron en manos de Pablo un cheque en blanco a cambio del caballo o algunos de los rejoneadores de aquella época como Antonio Correas o la Casa Domecq, que suspiraban por el animal. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
Cuenta Pablo Hermoso de Mendoza que ‘Cagancho’, que murió el jueves, salió -como hacía a diario- a los potreros de la finca de Estella a gozar de su momento de paseo en libertad cuando sufrió una especie de ictus que le provocó un desmayo. Se le administró un tranquilizante y tras unos minutos, el caballo con ayuda consiguió levantarse y así ser trasladado hasta su box. Llegó con las fuerzas justas y sin visión, lo que pudo ser provocado por algún coágulo motivado por el ictus. El caso es que entrada la madrugada, dejó de respirar y se fue en silencio, «galopando de costado hacia el olimpo equino, donde seguirá reinando con su poderoso físico». Así fueron los últimos momentos de ‘Cagancho’, el caballo más importante en la carrera de Hermoso de Mendoza y sin duda el más importante de la historia del rejoneo. El más personal «Posiblemente no fue el mejor, ni el más bonito, ni el más ágil... pero sí fue el que más personalidad imprimió en la plaza a todas sus evoluciones. Una personalidad cimentada en un físico barroco, un tono negro cuatralbo que lo distinguía fácilmente de todos los demás caballos, un nombre pegadizo (recordando a un torero legendario y gitano de principios de siglo artista y medroso, capaz de lo mejor y de lo peor). ‘Cagancho’ aportó un sentido del toreo que hasta entonces no se concebía en un caballo. Hubo momentos en que la popularidad del caballo fue tal estaba por encima de la del propio Pablo. «Hoy torea Cagancho», rezaban los titulares periodísticos. Era un caballo barrigón, con las patas llenas de heridas de verano que llegaba a la finca de Acedo desde Portugal casi en ‘patera’, sin papeles y que tuvo que sufrir una enorme transformación física a lo largo del invierno para debutar en 1991 como caballo de último tercio. Nunca se sintió a gusto en ese tercio y así, decepción tras decepción, se llegó a la corrida de Ejea de los Caballeros, a primeros de septiembre que fue donde Pablo explotó y dijo «basta ya», porque una y otra vez el caballo se chocaba con el toro, no pasaba y no había forma de acabar con aquel astado. En ese momento Pablo se rindió y vio que su inversión había sido un fracaso, que aquel caballo no le iba a servir. Pero los tiempos y la situación no estaban para derrochar ni caballos, ni dinero y a los pocos días en Ampuero (Cantabria) decidió probarlo en el tercio de banderillas. El caballo, cuando iba de frente al toro mostraba una enorme habilidad, no quería torear al hilo del pitón como se hace para matar, sino quería gustarse en la suerte, llegar a la cara del toro y salir toreando con el pecho. Ese día se descubrió el diamante en bruto que era. A partir de aquí, mucho entrenamiento, mucho cuidado en su dieta porque era muy tragón y al ir escalando posiciones en el toreo a caballo hasta el punto de formar un dúo que comenzó a maravillar al mundo en la temporada 1994 y a ser el consentido del público desde aquí hasta su retirada en 2002. Once años en los que Pablo se instaló en la elite del toreo a caballo como indiscutible número uno y siempre de la rienda de este ‘Cagancho’, que siempre tuvo novias, como los colombianos que pusieron en manos de Pablo un cheque en blanco a cambio del caballo o algunos de los rejoneadores de aquella época como Antonio Correas o la Casa Domecq, que suspiraban por el animal. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
domingo, 23 de agosto de 2015
MORANTE ES SUBLIME
Morante de la Puebla es pura inspiración; torería que se consume en cada lance y que cuando menos se espera aflora con tal intensidad que todo lo llena; por eso se diría que es un torero sin espacios vacíos, sin recovecos por donde sumirse a hurtadillas. Lo ves venir y se sabe que está dispuesto a torear. El milagro se obró en el cuarto, un ‘juampedro’ ralo, zancudo, sin cuello y de pitones contrahechos. Un toro de perfil bajo y de muy poca expresión. Anduvo sin fe en los primeros tercios y cuando Morante comenzó su trasteo por alto –genuflexo y ayudando al toro– muchos pensaron que iba a tirar las tres cartitas. Pero no, tomó la muleta con la diestra, se fue a los medios y comenzó a amorantarse suavemente para ofrecer los vuelos a media altura y empujar al toro hasta el final con los mismos flecos de la pañosa. Los que pitaban comenzaron a aplaudir; asomó una sonrisa en la comisura del de la Puebla, y con la mano izquieda dictó esa singular parsimonia del natural que surge del alma, del natural que se rinde a todas las evidencias, de esa música lenta y solitaria que dibuja a un ritmo tan lento como inalcanzable. Morante se la jugó ofreciendo todas las ventajas, llevando al toro cosido y pasándoselo con la muñeca por las espinillas. Y hubo tiempo, además, para esas maravillas suyas incontestables: pases de la firma, molinetes, invertidos y desmayos marca de la casa que hacen de él la suma de todas las torerías: el ‘gallismo’ de Joselito en los pases de castigo por bajo o los ayudados por alto belmontinos, con el compás abierto y los talones enterrados en el albero donostiarra. La espada se llevó las orejas pero el toreo es algo mucho más importante que los números. Por cierto, Castella debió haber cortado dos orejas al segundo de la tarde, el mejor toro de la corrida. Su faena fue perfecta de principio a fin, ligada, sostenida a pulso y con notables series por los dos pitones. La refrendó con una gran estocada, le pidieron las dos orejas y el palco, de forma incomprensible, le negó la segunda. El torero francés está en un gran momento, al igual que Alejandro Talavante, que desde el capote hasta el último lance de su actuación dejo la evidencia de una superioridad en el ruedo casi insultante, salvaje de valor, pero frío como un iceberg. Su toreo ahora mismo está en la cumbre.
o FERIA DE SAN SEBASTIÁN Toros de Juan Pedro Domecq (feos y de poco juego) para Morante de la Puebla (silencio y ovación), Sebastián Castella (oreja y ovación) y Alejandro Talavante (oreja y ovación). Domingo 16 de agosto de 2015. o Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja
o FERIA DE SAN SEBASTIÁN Toros de Juan Pedro Domecq (feos y de poco juego) para Morante de la Puebla (silencio y ovación), Sebastián Castella (oreja y ovación) y Alejandro Talavante (oreja y ovación). Domingo 16 de agosto de 2015. o Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja
Seria pero mansa corrida del jarrero Antonio Briones en la feria de Tafalla
El ganadero riojano Antonio Briones lidió ayer en la Feria de Tafalla una corrida muy seria (los tres últimos ejemplares lucieron un trapío de plaza de primera categoría) pero de desigual condición. Tan sólo el diestro salmantino Javier Castaño pudo cortar una oreja, aunque Pedro Gutiérrez ‘El Capea’ y el propio torero charro perdieron algún que otro trofeo por marrar con los aceros. El mejor astado de la corrida fue el lidiado en quinto lugar por el hijo de Pedro Moya, un torazo serio, hondo y bizco, de nombre ‘Limonero’, que sacó buen fondo por ambos pitones y que incluso tuvo cierta calidad. El toro hizo una desigual pelea en varas, pero a partir del tercio de banderillas empezó a ir a más y embistió con transmisión por ambos pitones. El primero, con el que Javier Castañó logró la única oreja del festejo, también tuvo buen fondo y humilló especialmente por el pitón izquierdo. El resto de la corrida no dio opciones a los toreros, especialmente al diestro gaditano de El Bosque Manuel Pérez Mota, que pechó con el lote más deslucido y que se tuvo que esforzarse al máximo con el sexto, un toro gigante y serísimo, con aspecto de res antigua, y de aviesas condiciones que cerró la corrida. Otro animal que dio juego fue el cuarto, lidiado por Javier Castaño, y que impresionaba por su envergadura y lo ofensivo de sus pitones. Con este ejemplar se lucieron con las banderillas Fernando Sánchez y Ángel Otero, que aprovecharon muy bien las querencias del cornúpeta hacia las tablas. Javier Castaño dio una lección de honradez y se dejó llegar los pitones hasta milímetros del fajín. El público valoró su entrega y perdió el triunfo con la espada. La corrida tampoco brilló en el caballo, donde se dejó pegar sin demasiada pelea. o Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja
Sergio Domínguez triunfa en Tafalla
Sergio Domínguez logró ayer un triunfo importantísimo en este año tan complicado que lleva. Era la primera de sus tres tardes con Hermoso de Mendoza en el ruedo (le quedan Calahorra y después la feria de San Mateo) y consiguió abrir la Puerta Grande de la plaza de Tafalla en su primer toro y tras un rejonazo fulminante en todo lo alto. Un triunfo balsámico, de los que dan moral y de los que le ponen a un torero a trabajar para encarar el final de temporada con todo el ánimo desplegado y con las mejores sensaciones.
La lectura de la tarde es muy positiva para el rejoneador de Calahorra, que demostró que tiene en su caballo ‘Gallito’ el arma más importante de su cuadra. En realidad, es tan bueno este castaño morcillo, que la diferencia con el resto de sus monturas se antoja abismal. Y Sergio lo sabe y por eso lo cuida al máximo para ponerlo en escena en el momento conveniente. Ayer lo hizo en el primer toro y clavó tres banderillas, dándole todas las ventajas al buen astado de Rosa Rodríguez, al que le ofreció los pechos siempre a favor de querencia. La primera batida sin clavar fue sensacional; al igual que la primera banderilla, que fue un prodigio en la reunión con el toro. A partir de ese momento, sin embargo, la cosa se puso un poco más complicada y ya no estuvo tan a gusto el caballo tras una arrancada del toro directamente hacia los chiqueros en modo arrollador. Tras la tercera banderilla, Sergio optó por sacar a ‘Natural’ y volver a poner las cosas a cien con dos buenas piruetas. Entonces llegó el momento decisivo, el instante en el que Sergio ha perdido triunfos esenciales en su carrera. Salió a lomos de ‘Bruja’, colocó dos cortas con suma facilidad, tomó el rejón letal y con una facilidad pasmosa lo colocó en lo alto para que el toro portugués rodase a los pies del riojano sin puntilla. La petición fue unánime y mayoritaria y las dos orejas fueron a parar a las manos de centauro calagurritano, que no podía ocultar su felicidad. Primer toro de los suyos y puerta grande asegurada de la coqueta plaza tafallesa. En el segundo de su lote, el riojano hizo una faena correcta que malogró con la espada, algo parecido a lo que le había pasado a Hermoso de Mendoza con el primero de la tarde. Sin embargo, el jinete estellés, echó mano de su raza, de su torería y de su inmensa capacidad de figura, y realizó una extraordinaria faena al cuarto de la tarde. Lo recibió con ‘Napoleón’, con el que estuvo sensacional doblándose con él en el centro del anillo y con el que sólo colocó un rejón. Después salieron ‘Berlín’ y ‘Disparate’, dos banderillas cada uno de ellos, pero con el segundo cautivó con sus ‘hermosinas’ y ese galope de costado giratorio paralelo a las tablas que no tiene parangón. Y como es un figurón y no estaba satisfecho con las cortas, decidió poner un par a dos manos montado a ‘Pirata’, un caballo enciclopédico y largo de torería. La plaza a sus pies con la reunión y rendida con el rejonazo fulminante. Se pidió el rabo por unanimidad, pero la presidenta se mantuvo inconmovible y no lo quiso conceder. Cerró la tarde el colombiano Jacobo Botero, muy joven pero con trazas extraordinarias de toreo.
o Feria de Tafalla. Toros de Rosa Rodríguez (despuntados para rejones), muy en el tipo de Murube, nobles, de buen juego y con galope sostenido. Todos fueron aptos para el triunfo y destacaron por su calidad el segundo, cuarto y sexto. Pablo Hermoso de Mendoza: Silencio y dos orejas con petición de rabo y enorme bronca para la presidencia. Sergio Domínguez: Dos orejas y silencio. Jacobo Botero: Palmas y oreja . Plaza de toros de Tafalla, alrededor de tres cuartos de entrada en tarde soleada y fresca. Lunes, 17 de agosto de 2015. o Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja.
La lectura de la tarde es muy positiva para el rejoneador de Calahorra, que demostró que tiene en su caballo ‘Gallito’ el arma más importante de su cuadra. En realidad, es tan bueno este castaño morcillo, que la diferencia con el resto de sus monturas se antoja abismal. Y Sergio lo sabe y por eso lo cuida al máximo para ponerlo en escena en el momento conveniente. Ayer lo hizo en el primer toro y clavó tres banderillas, dándole todas las ventajas al buen astado de Rosa Rodríguez, al que le ofreció los pechos siempre a favor de querencia. La primera batida sin clavar fue sensacional; al igual que la primera banderilla, que fue un prodigio en la reunión con el toro. A partir de ese momento, sin embargo, la cosa se puso un poco más complicada y ya no estuvo tan a gusto el caballo tras una arrancada del toro directamente hacia los chiqueros en modo arrollador. Tras la tercera banderilla, Sergio optó por sacar a ‘Natural’ y volver a poner las cosas a cien con dos buenas piruetas. Entonces llegó el momento decisivo, el instante en el que Sergio ha perdido triunfos esenciales en su carrera. Salió a lomos de ‘Bruja’, colocó dos cortas con suma facilidad, tomó el rejón letal y con una facilidad pasmosa lo colocó en lo alto para que el toro portugués rodase a los pies del riojano sin puntilla. La petición fue unánime y mayoritaria y las dos orejas fueron a parar a las manos de centauro calagurritano, que no podía ocultar su felicidad. Primer toro de los suyos y puerta grande asegurada de la coqueta plaza tafallesa. En el segundo de su lote, el riojano hizo una faena correcta que malogró con la espada, algo parecido a lo que le había pasado a Hermoso de Mendoza con el primero de la tarde. Sin embargo, el jinete estellés, echó mano de su raza, de su torería y de su inmensa capacidad de figura, y realizó una extraordinaria faena al cuarto de la tarde. Lo recibió con ‘Napoleón’, con el que estuvo sensacional doblándose con él en el centro del anillo y con el que sólo colocó un rejón. Después salieron ‘Berlín’ y ‘Disparate’, dos banderillas cada uno de ellos, pero con el segundo cautivó con sus ‘hermosinas’ y ese galope de costado giratorio paralelo a las tablas que no tiene parangón. Y como es un figurón y no estaba satisfecho con las cortas, decidió poner un par a dos manos montado a ‘Pirata’, un caballo enciclopédico y largo de torería. La plaza a sus pies con la reunión y rendida con el rejonazo fulminante. Se pidió el rabo por unanimidad, pero la presidenta se mantuvo inconmovible y no lo quiso conceder. Cerró la tarde el colombiano Jacobo Botero, muy joven pero con trazas extraordinarias de toreo.
o Feria de Tafalla. Toros de Rosa Rodríguez (despuntados para rejones), muy en el tipo de Murube, nobles, de buen juego y con galope sostenido. Todos fueron aptos para el triunfo y destacaron por su calidad el segundo, cuarto y sexto. Pablo Hermoso de Mendoza: Silencio y dos orejas con petición de rabo y enorme bronca para la presidencia. Sergio Domínguez: Dos orejas y silencio. Jacobo Botero: Palmas y oreja . Plaza de toros de Tafalla, alrededor de tres cuartos de entrada en tarde soleada y fresca. Lunes, 17 de agosto de 2015. o Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja.
lunes, 17 de agosto de 2015
El sino apócrifo de un acero traidor
![]() |
Foto: Carmelo Bayo |
Como un pececillo que se escurre de la mano queriendo cogerlo pero abrazando finalmente al vacío; como un sonido en el aire que le cruje a uno por dentro pero que desaparece en el silencio en apenas un instante detenido. Así se le fue a Diego Urdiales un triunfo memorable ayer en San Sebastián después de su mejor faena de la temporada ante un victorino bravo y codicioso que exigía todo el toreo posible para sonsacarle el fondo de nobleza y codicia que, sin duda, atesoraba. La actuación de Diego Urdiales con el toro ‘Vencejo’ fue tan meticulosa como comprometida. Desde las verónicas de recibo hasta esa manera suya de llevar la lidia y colocarlo frente al caballo a punta de capote o pasándoselo por la espalda en pos del último vuelo. Se presentía cante grande desde los inicios de la faena, con una manera de abrir la obra con muletazos por alto jugando sus muñecas de seda y gobernando la embestida como si estuviera toreando con las dos palmas de las manos cerradas. Así se lo llevó a los medios, ganando terreno en cada lance y abrochando la tanda con un trincherazo final sencillamente extraordinario, roto Diego de toreo y esperando lo que iba a venir a continuación. Y es que todo lo que hace Urdiales en el ruedo tiene como fin el toreo mismo. Tres series con la derecha, con muletazos unos de ayuda al toro, de juego de alturas, y otros ya desobedeciendo las contemplaciones para gustarse a fondo. Lo mejor estaba por llegar, y fueron dos series con la mano izquierda sensacionales, con naturales larguísimos, templados y profundos; naturales con toda la expresión de esa torería para nada geométrica que interpreta: sus talones enterrados, el peso del cuerpo en la cintura y el vuelo de la muleta lacio y lánguido, alicaído, sin la menor tensión. Diego estaba haciendo el toreo,ése que tanto persigue y que tan pocas tardes se alcanza ver. Y fue una belleza; y fueron una auténtica pena los tres pinchazos previos al estoconazo definitivo. El pez se le escurría de esas palmas de las manos con las que acaricia el toreo; la música detenida se esfumaba con una imagen lorquiana que de pronto me vino a la memoria: debajo de las multiplicaciones había sangre de pato, que escribía en ‘Poeta en Nueva York’ y que se agolpa en las estadísticas del riojano. Ecuaciones que no cuadran, toreo inmenso y marcador a cero; maestro sin rúbrica, la Gioconda sin la firma de Leonardo; un beso de nadie, el aroma de una presencia a la que ya no se puede esperar, la luz de una farola encendida a media tarde... Es el sino negro de Urdiales, del urdialismo, de ese grupo de seguidores que peregrinan con él por esas plazas buscando el maná del toreo en una fuente de la que brota un arte desmesurado y un silencio de gotas que no rebotan en la pila. El cuarto de la tarde, segundo de Urdiales, fue un toro altiricón y pesado muy fuera del tipo de esta ganadería. No le dio apenas opciones al torero riojano que, a pesar de todo, consiguió varios naturales de muy buen trazo en el mismo anillo. Como casi todas las temporadas, habrá que esperar al ruedo negro de Bilbao para sacar la cabeza de debajo de la sangre de los patos de las multiplicaciones y de los grifos casi secos de sus números. Morenito de Aranda no tuvo opciones porque sus dos toros no le dieron la más mínima opción de lucimiento. El segundo de la tarde se quedaba corto y careció de ritmo en sus embestidas. El quinto acabó con la cara por las nubes. Paco Ureña tuvo muchas opciones con la bravura verdadera de su primer astado, quizás el mejor de la corrida. La faena careció de estructura pero no de entrega. El diestro murciano dio lo mejor de sí mismo pero no tuvo esa soltura necesaria para hacerse con una embestida que precisaba muñecas de seda y vuelos con sentido de la muleta. En el sexto se pegó un arrimón.
o Feria de San Sebastián. Toros de Victorino Martín, bien aunque desigualmente presentados. Corrida muy dispar de juego, con dos astados que destacaron: el primero de Diego Urdiales, con un fondo de nobleza importante, y especialmente, el tercero, un toro de triunfo grande por su nobleza, codicia y profundidad. Morenito se llevó el peor lote con dos toros de nulas opciones. El segundo de Urdiales se paró muy pronto y el sexto no humilló y se quedó muy corto por ambos pitones. Diego Urdiales: Saludos y saludos. Morenito de Aranda: Silencio en ambos. Paco Ureña: Saludos tras aviso y saludos. Plaza de toros de Illumbe. Media entrada; última de feria. Domingo, 16 de agosto de 2015. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
domingo, 16 de agosto de 2015
«El regreso de los toros a San Sebastián es un gran triunfo para la libertad»
El diestro de Arnedo actúa esta tarde en Illumbe ante astados de Victorino Martín, con Antonio Ferrera y Paco Ureña en el cartel
«Estoy doblemente ilusionado con regresar a Illumbe porque es una plaza que siempre se me ha dado bien y porque es un triunfo de la libertad que se haya vuelto a abrir para dar corridas de toros. Eso es lo más importante», explica Diego Urdiales.
- ¿Qué piensa de lo que está sucediendo alrededor del toreo?
- Creo que ha llegado el momento de reaccionar al unísono ante esta especie de ola puritana que nos quiere quitar algo que forma parte de nuestra esencia. Acabo de llegar de Francia y allí la unión del sector y de los aficionados ha logrado poner a salvo las ferias en las ciudades taurinas, sean del partido que sean. En el toreo no hay política, ni de un lado ni de otro. Y además, la convivencia se basa en el respeto y el que no quiera ir que no vaya, pero que no imponga su moral a los demás. Somos un gigante con pies de barro y es vital unirnos para la defensa de un hecho cultural que une a millones de personas en países tanto de Europa como de América.
- Qué ha supuesto el triunfo de Dax?
- Un poco de tranquilidad. Se me han ido orejas en Madrid, Valencia y Mont de Marsan por detalles muy pequeños y reencontrarse con el triunfo es reconfortante.
- ¿Otra vez toros de Victorino?
- Desde el año pasado en Bilbao no los había vuelto a torear y ha sido una ganadería esencial en mi carrera. El toro de Victorino es exigente pero tiene una forma de embestir con la que me he identificado y espero que salga alguno que me ofrezca la oportunidad de hacerle cosas bonitas.
- A Dax llevó a dos muchachos de su Aula de Cultura Taurina a los toros. ¿Por qué lo hizo?
- Es una actividad con la que ya llevamos varios años. A los dos chavales que mejores notas hayan obtenido en el curso escolar (este año han sido Ana Ciordia y David Parejo) les hago vivir un día de toros completo a mi lado. Fuimos a la novillada matinal, estuvieron en el sorteo y enchiqueramiento de los toros, comieron en el hotel con la cuadrilla y mi apoderado, me acompañaron mientras me vestía y luego estuvieron en la corrida. Creo que es una experiencia única sentir esas sensaciones tan personales que se viven en un día de corrida. Además, en mi aula no buscamos formar toreros, queremos hacer llegar a los niños los valores de respeto y amor al toro que sentimos los aficionados. Es algo muy profundo y es una de las cosas de las que me siento más feliz en mi profesión. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
«Estoy doblemente ilusionado con regresar a Illumbe porque es una plaza que siempre se me ha dado bien y porque es un triunfo de la libertad que se haya vuelto a abrir para dar corridas de toros. Eso es lo más importante», explica Diego Urdiales.
- ¿Qué piensa de lo que está sucediendo alrededor del toreo?
- Creo que ha llegado el momento de reaccionar al unísono ante esta especie de ola puritana que nos quiere quitar algo que forma parte de nuestra esencia. Acabo de llegar de Francia y allí la unión del sector y de los aficionados ha logrado poner a salvo las ferias en las ciudades taurinas, sean del partido que sean. En el toreo no hay política, ni de un lado ni de otro. Y además, la convivencia se basa en el respeto y el que no quiera ir que no vaya, pero que no imponga su moral a los demás. Somos un gigante con pies de barro y es vital unirnos para la defensa de un hecho cultural que une a millones de personas en países tanto de Europa como de América.
- Qué ha supuesto el triunfo de Dax?
- Un poco de tranquilidad. Se me han ido orejas en Madrid, Valencia y Mont de Marsan por detalles muy pequeños y reencontrarse con el triunfo es reconfortante.
- ¿Otra vez toros de Victorino?
- Desde el año pasado en Bilbao no los había vuelto a torear y ha sido una ganadería esencial en mi carrera. El toro de Victorino es exigente pero tiene una forma de embestir con la que me he identificado y espero que salga alguno que me ofrezca la oportunidad de hacerle cosas bonitas.
- A Dax llevó a dos muchachos de su Aula de Cultura Taurina a los toros. ¿Por qué lo hizo?
- Es una actividad con la que ya llevamos varios años. A los dos chavales que mejores notas hayan obtenido en el curso escolar (este año han sido Ana Ciordia y David Parejo) les hago vivir un día de toros completo a mi lado. Fuimos a la novillada matinal, estuvieron en el sorteo y enchiqueramiento de los toros, comieron en el hotel con la cuadrilla y mi apoderado, me acompañaron mientras me vestía y luego estuvieron en la corrida. Creo que es una experiencia única sentir esas sensaciones tan personales que se viven en un día de corrida. Además, en mi aula no buscamos formar toreros, queremos hacer llegar a los niños los valores de respeto y amor al toro que sentimos los aficionados. Es algo muy profundo y es una de las cosas de las que me siento más feliz en mi profesión. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
sábado, 15 de agosto de 2015
El puro triunfo de la voluntad
Diego Urdiales arranca una meritísima oreja en Dax ante un mal lote de Jandilla
Hay triunfos que nacen de la voluntad misma, del coraje, de volcar con el corazón todas las necesidades interiores para materializar algo que al principio de la faena podría parecer una entelequia: la oreja. Y es que a estas alturas de la temporada, tras un buen manojo de meritorias faenas, se antoja más que necesario el reflejo estadístico para corroborar con una recompensa tantos sinsabores, tantos disparos al larguero, tantos amagos de triunfo estropeados al final por tal suerte de conjunciones de factores que sería una labor ociosa relatarlos en esta crónica. La tarde se presentaba apetecible: plaza llena, ambientazo en los tendidos, ganadería de postín en los corrales y ese lujo que significa ser torero y sentirse un privilegiado de la profesión. Salió el primer toro, feote en Jandilla, sin apenas cuello, acaramelado de cuerna y con más bravuconería que verdadero empuje. La sensación es que iba a durar poco porque más que embestir iba a empellones con los pechos y cuando el riojano le proponía la muleta franca, se despedía en los viajes por alto desluciendo los finales de los lances. No podía durar mucho el diálogo porque el toro se desinfló casi al comenzar el trasteo. Se lo quitó de una buena estocada y se guardó sus esperanzas para el cuarto. El segundo de la tarde fue el toro de la corrida. Noble, bravo y repetidor con ese punto de codicia que permite quedarse en el sitio para ligar. Faena desigual y periférica de Adame que logró una oreja tras un pinchazo feísimo y una estocada efectiva al encuentro. La actuación del francés Leal quedó marcada en el tercero por un encimismo obsesivo que censuró con vehemencia su afición. Y salió el cuarto, llamado ‘Majadero’ (me recordó a mí), astifino, huesudo y altiricón. Diego lo cuidó en la lidia como a un niño pequeño; Bernal estuvo cumbre con la vara y ‘El Víctor’ se lució ligero en banderillas. Urdiales le dio un sitio inopinado. Sabía que vendría de la misma forma que estaba seguro de que no se iba a escupir de los vuelos. Y es que estaba cogido con alfileres. Toreó con suprema donosura y con absoluta firmeza para enterrarse con los tobillos en la arena y aguantar las embestidas en una faena marcada por la creencia inapelable en uno mismo. Entre tanto, y a pesar de la falta de hondura en la bravura del toro, logró muletazos hondos sueltos y algún cartel de toros al natural enfrontilado y a derechas en redondo. Faena de inteligencia, de voluntad, de necesidad y de aliento ante la mala baba -ya empíricamente contrastada por este cronista - que padece el torero arnedano en los sorteos. Tan sólo Diego era capaz de creer en la oreja y por eso se fue allá tras la espada para enterrar el acero en el morrillo, tirar sin puntilla al Jandilla del flequillo y saborear el triunfo galo en esta plaza tan fría y metódica como talismán en su carrera. Una oreja balsámica, una especie de punto de inflexión en una temporada en la que ahora mismo le aguardan dos verdaderos puertos de montaña: San Sebastián el domingo con los pupilos de Victorino Martín; y dos mastines en Bilbao a finales de agosto: Castella y Perera con los toros de Alcurrucén, dos tardes al filo de ese constante examen que es la carrera de un matador único en su especie, definido por tal pureza que es incapaz de traicionarse ni una cosita así por cualquier cosa. Así son los mimbres que definen a Diego Urdiales, el torero de La Rioja. Además, ayer invitó a los dos alumnos que mejores notas habían logrado en el curso escolar del Aula de Cultura Taurina que lleva su nombre. Y además, les brindó el toro del triunfo a sabiendas, seguramente, que los más importante de esta vida es soñar las cosas para luego lograrlas. Y Diego sabe soñar.
FERIA DE DAX Toros de Jandilla, muy desiguales de presencia, de juego variado y con dos astados de buena nota (2º y 5º). El 1º de Urdiales, descastado y el de la oreja, escaso de fondo y raza. Diego Urdiales: Silencio y oreja. Joselito Adame: Oreja y vuelta tras aviso. Juan Leal: Silencio y palmas tras aviso. Plaza de toros de Dax. Lleno; primera de feria. Jueves, 13 de agosto de 2015. o Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja.
Hay triunfos que nacen de la voluntad misma, del coraje, de volcar con el corazón todas las necesidades interiores para materializar algo que al principio de la faena podría parecer una entelequia: la oreja. Y es que a estas alturas de la temporada, tras un buen manojo de meritorias faenas, se antoja más que necesario el reflejo estadístico para corroborar con una recompensa tantos sinsabores, tantos disparos al larguero, tantos amagos de triunfo estropeados al final por tal suerte de conjunciones de factores que sería una labor ociosa relatarlos en esta crónica. La tarde se presentaba apetecible: plaza llena, ambientazo en los tendidos, ganadería de postín en los corrales y ese lujo que significa ser torero y sentirse un privilegiado de la profesión. Salió el primer toro, feote en Jandilla, sin apenas cuello, acaramelado de cuerna y con más bravuconería que verdadero empuje. La sensación es que iba a durar poco porque más que embestir iba a empellones con los pechos y cuando el riojano le proponía la muleta franca, se despedía en los viajes por alto desluciendo los finales de los lances. No podía durar mucho el diálogo porque el toro se desinfló casi al comenzar el trasteo. Se lo quitó de una buena estocada y se guardó sus esperanzas para el cuarto. El segundo de la tarde fue el toro de la corrida. Noble, bravo y repetidor con ese punto de codicia que permite quedarse en el sitio para ligar. Faena desigual y periférica de Adame que logró una oreja tras un pinchazo feísimo y una estocada efectiva al encuentro. La actuación del francés Leal quedó marcada en el tercero por un encimismo obsesivo que censuró con vehemencia su afición. Y salió el cuarto, llamado ‘Majadero’ (me recordó a mí), astifino, huesudo y altiricón. Diego lo cuidó en la lidia como a un niño pequeño; Bernal estuvo cumbre con la vara y ‘El Víctor’ se lució ligero en banderillas. Urdiales le dio un sitio inopinado. Sabía que vendría de la misma forma que estaba seguro de que no se iba a escupir de los vuelos. Y es que estaba cogido con alfileres. Toreó con suprema donosura y con absoluta firmeza para enterrarse con los tobillos en la arena y aguantar las embestidas en una faena marcada por la creencia inapelable en uno mismo. Entre tanto, y a pesar de la falta de hondura en la bravura del toro, logró muletazos hondos sueltos y algún cartel de toros al natural enfrontilado y a derechas en redondo. Faena de inteligencia, de voluntad, de necesidad y de aliento ante la mala baba -ya empíricamente contrastada por este cronista - que padece el torero arnedano en los sorteos. Tan sólo Diego era capaz de creer en la oreja y por eso se fue allá tras la espada para enterrar el acero en el morrillo, tirar sin puntilla al Jandilla del flequillo y saborear el triunfo galo en esta plaza tan fría y metódica como talismán en su carrera. Una oreja balsámica, una especie de punto de inflexión en una temporada en la que ahora mismo le aguardan dos verdaderos puertos de montaña: San Sebastián el domingo con los pupilos de Victorino Martín; y dos mastines en Bilbao a finales de agosto: Castella y Perera con los toros de Alcurrucén, dos tardes al filo de ese constante examen que es la carrera de un matador único en su especie, definido por tal pureza que es incapaz de traicionarse ni una cosita así por cualquier cosa. Así son los mimbres que definen a Diego Urdiales, el torero de La Rioja. Además, ayer invitó a los dos alumnos que mejores notas habían logrado en el curso escolar del Aula de Cultura Taurina que lleva su nombre. Y además, les brindó el toro del triunfo a sabiendas, seguramente, que los más importante de esta vida es soñar las cosas para luego lograrlas. Y Diego sabe soñar.
FERIA DE DAX Toros de Jandilla, muy desiguales de presencia, de juego variado y con dos astados de buena nota (2º y 5º). El 1º de Urdiales, descastado y el de la oreja, escaso de fondo y raza. Diego Urdiales: Silencio y oreja. Joselito Adame: Oreja y vuelta tras aviso. Juan Leal: Silencio y palmas tras aviso. Plaza de toros de Dax. Lleno; primera de feria. Jueves, 13 de agosto de 2015. o Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja.
SOY TAURINO
![]() |
José Tomás, by Manu Lozano |
jueves, 13 de agosto de 2015
San Sebastián se vuelve a vestir de luces
Ponce, Manzanares y López Simón reinauguran hoy el coso de Illumbe tras superar la prohibición de Bildu
La corrida se podrá ver por ‘La 1’ de TVE y supone el regreso del toreo a un coso que no daba corridas desde 2012 por decisión del ex-acalde Izaguirre
El toreo vuelve a San Sebastián y lo hace por todo lo alto con un cartel de campanillas con Enrique Ponce, José María Manzanares y Alberto López Simón (triunfador de Madrid y Pampona, que sustituye al herido Francisco Rivera Ordóñez) en una corrida que, además, será televisada por ‘La 1’ de TVE, en la que ha anunciado su presencia el Rey Emérito Don Juan Carlos y en la que también estará el presidente del Gobierno de La Rioja, José Ignacio Ceniceros. Ésta es la primera cita de la feria donostiarra, que cuenta con cuatro tardes y las principales figuras del escalafón: Hermoso de Mendoza, ‘El Juli’, Perera, Morante, Castella, Talavante y el riojano Diego Urdiales, que se vuelve a anunciar en una plaza en la que ha triunfado en varias ocasiones con una de sus ganaderías predilectas, la de Victorino Martín. La expectación es máxima y el trabajo mayúsculo para lograr la reabrir un coso inaugurado en 1998 gracias al empeño personal de Manuel Martínez-Flamarique ‘Chopera’, el empresario más im portante de la historia del toreo, que veía cómo su ciudad había perdido el coso de ‘El Chofre’ a causa de la especulación inmobiliaria. Sin embargo, al acceder a la alcaldía Juan Carlos Izaguirre, de Bildu, se tomó la decisiónen 2013 de convocar un nuevo concurso de explotación de la plaza en el que se prohibían expresamente las actividades taurinas, a pesar de que como recordó Marisol Garmendia, concejala del PSE, el pleno del Ayuntamiento donostiarra se había pronunciado «reiteradamente y de forna clara» a favor de los toros en Domosti. Así que Illumbe se quedó sin corridas. La familia ‘Chopera’, concretamente los hermanos Óscar y Pablo, comenzó a moverse antes de las elecciones municipales y llegaron a un acuerdo con el PNV, PSE y PP de dar paso libre a las corridas si salía Bildu del gobierno municipal, como a la postre sucedió. La feria del reencuetro es corta, cuatro corridas, pero especialmente intensa, ya que se dan cita las máximas figuras, ganaderías de prestigio y un cierre torista muy del gusto de la afición donostiarra. El empresario, Óscar ‘Chopera’ se muestra muy ilusionado con el acontecimiento: «Es una alegría enorme abrir a los toros la plaza de San Sebastián, que vuelva la fiesta a un lugar del que nunca se tuvo que ir».
Urdiales regresa hoy a Dax ante toros de Jandilla con Adame y Leal en el cartel. «Es una plaza muy importante en mi carrera y la ciudad en la que más han confiado desde que tomé la alternativa, con Paco Ojeda y ‘El Cordobés’ en una tarde inovidable en mi carrera». Así expresa el diestro arnedano Diego Urdiales sus sentimientos ante de poner rumbo a una de las ferias en las que más triunfos ha conseguido en el país vecino: «La verdad es que como matador es la plaza en la que más he toreado y además con tardes muy especiales, como la del año pasdo en la que salí por la puerta grande tras desorejar al toro más grande de mi vida y después de haber escuchado los tres avisos en el primero. También recuerdo otro triunfo muy grande con toros de Victorino Martín. Curiosamente, una de las veces que mejor he toreado allí no llegó como yo esperaba la faena a los tendidos». El arnedano sabe lo que necesita un triunfo: «Es muy difícil de explicar lo que sucede, no he pinchado a los toros pero se me han ido orejas en Madrid, Valencia y Mont de Marsan por la espada. Son cosas que pasan en el toreo, pero yo tengo la conciencia tranquila y estoy convencido de que va a llegar lo que llevo buscando en los últimos años». La corrida de esta tarde comienza a las 18 h. está todo el papel vendido, los toros son de Jandilla y en el cartel están un mexicano: Joselito Adame, y un francés, Juan Leal. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
La corrida se podrá ver por ‘La 1’ de TVE y supone el regreso del toreo a un coso que no daba corridas desde 2012 por decisión del ex-acalde Izaguirre
El toreo vuelve a San Sebastián y lo hace por todo lo alto con un cartel de campanillas con Enrique Ponce, José María Manzanares y Alberto López Simón (triunfador de Madrid y Pampona, que sustituye al herido Francisco Rivera Ordóñez) en una corrida que, además, será televisada por ‘La 1’ de TVE, en la que ha anunciado su presencia el Rey Emérito Don Juan Carlos y en la que también estará el presidente del Gobierno de La Rioja, José Ignacio Ceniceros. Ésta es la primera cita de la feria donostiarra, que cuenta con cuatro tardes y las principales figuras del escalafón: Hermoso de Mendoza, ‘El Juli’, Perera, Morante, Castella, Talavante y el riojano Diego Urdiales, que se vuelve a anunciar en una plaza en la que ha triunfado en varias ocasiones con una de sus ganaderías predilectas, la de Victorino Martín. La expectación es máxima y el trabajo mayúsculo para lograr la reabrir un coso inaugurado en 1998 gracias al empeño personal de Manuel Martínez-Flamarique ‘Chopera’, el empresario más im portante de la historia del toreo, que veía cómo su ciudad había perdido el coso de ‘El Chofre’ a causa de la especulación inmobiliaria. Sin embargo, al acceder a la alcaldía Juan Carlos Izaguirre, de Bildu, se tomó la decisiónen 2013 de convocar un nuevo concurso de explotación de la plaza en el que se prohibían expresamente las actividades taurinas, a pesar de que como recordó Marisol Garmendia, concejala del PSE, el pleno del Ayuntamiento donostiarra se había pronunciado «reiteradamente y de forna clara» a favor de los toros en Domosti. Así que Illumbe se quedó sin corridas. La familia ‘Chopera’, concretamente los hermanos Óscar y Pablo, comenzó a moverse antes de las elecciones municipales y llegaron a un acuerdo con el PNV, PSE y PP de dar paso libre a las corridas si salía Bildu del gobierno municipal, como a la postre sucedió. La feria del reencuetro es corta, cuatro corridas, pero especialmente intensa, ya que se dan cita las máximas figuras, ganaderías de prestigio y un cierre torista muy del gusto de la afición donostiarra. El empresario, Óscar ‘Chopera’ se muestra muy ilusionado con el acontecimiento: «Es una alegría enorme abrir a los toros la plaza de San Sebastián, que vuelva la fiesta a un lugar del que nunca se tuvo que ir».
Urdiales regresa hoy a Dax ante toros de Jandilla con Adame y Leal en el cartel. «Es una plaza muy importante en mi carrera y la ciudad en la que más han confiado desde que tomé la alternativa, con Paco Ojeda y ‘El Cordobés’ en una tarde inovidable en mi carrera». Así expresa el diestro arnedano Diego Urdiales sus sentimientos ante de poner rumbo a una de las ferias en las que más triunfos ha conseguido en el país vecino: «La verdad es que como matador es la plaza en la que más he toreado y además con tardes muy especiales, como la del año pasdo en la que salí por la puerta grande tras desorejar al toro más grande de mi vida y después de haber escuchado los tres avisos en el primero. También recuerdo otro triunfo muy grande con toros de Victorino Martín. Curiosamente, una de las veces que mejor he toreado allí no llegó como yo esperaba la faena a los tendidos». El arnedano sabe lo que necesita un triunfo: «Es muy difícil de explicar lo que sucede, no he pinchado a los toros pero se me han ido orejas en Madrid, Valencia y Mont de Marsan por la espada. Son cosas que pasan en el toreo, pero yo tengo la conciencia tranquila y estoy convencido de que va a llegar lo que llevo buscando en los últimos años». La corrida de esta tarde comienza a las 18 h. está todo el papel vendido, los toros son de Jandilla y en el cartel están un mexicano: Joselito Adame, y un francés, Juan Leal. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
martes, 11 de agosto de 2015
Arnedo presenta una feria del Zapato de Oro estelar con una gran ‘camada’ de novilleros
Debutará como ganadero ‘El Juli’ en una novillada en la que se dan cita los dos últimos ganadores del Zapato: Álvaro Lorenzo y Ginés Marín
El Ayuntamiento de Arnedo hizo ayer públicas las combinaciones definitivas de toros y toreros de la próxima Feria del Zapato de Oro, que se celebrará del 27 de septiembre hasta el uno de octubre, y que cuenta con uno de los planteles de novilleros más ‘potentes’ de las últimas temporadas, tal y como lo demuestra el hecho de que en la segunda tarde del abono (28 de septiembre) se darán cita ante los novillos de ‘El Freixo’ -propiedad de Julián López ‘El Juli’- los dos últimos ganadores de este certamen: Álvaro Lorenzo (2013) y Ginés Marín (2014), acompañados de Daniel Menes, que se impuso en el Zapato de Plata de 2013; es decir un cartelón de primerísimo nivel en el que deben saltar chispas. Y ésta es la tónica de cada una de las combinaciones de una feria en la que cada cartel tiene un sentido de rivalidad entre los toreros, contrastando formas y colocando el listón de la feria como uno de los abonos novilleros más importantes de toda la temporada. Así, la feria comienza con una novillada de Ana Romero (encaste Santa Coloma) para David de Miranda (que acaba de cortar un rabo en Huelva), el francés Louis Husson (toreando muchas duras en el país vecino y con bastante historia en infindad de festejos menores por toda La Rioja) y el jovencísimo cordobés Javier Moreno ‘Lagartijo’, que debutó con picadores el pasado mayo en Utrera (Sevilla). La novillada del 29 (con utreros de Guadalmena) tiene al murciano Filiberto y al extremeño Pablo Aguado como rivales, ya que torearon hace unos días en Sevilla juntos que cortaron una oreja cada uno a una más que interesante novillada de ‘Villamarta’. Y además, cierra la terna una de las grandes novedades de la temporada, el mexicano Luis David Adame, que acaba de triunfar en Gijón por todo lo alto, ya que fue capaz de cortar cuatro orejas a una novillada del Conde de la Maza. Otra de las novilladas ‘gordas’ de la feria es la penúltima, con astados de Fuente Ymbro (que vuelven al Zapato tras la buena novillada que lidió en marzo) para tres toreros en sazón: Varea (que indultó un novillo en Zaragoza), Alejandro Marcos y el peruano Joaquín Galdós, otro de los nombres rutilantes de la temporada. Galdós ha sido el gran tapado del año y está demostrando en cada tarde que tiene unos mimbres increíbles para ser figura. Se cierra el abono con los clásicos ‘Ibanes’ (la ganadería más respetada y admirada por la afición arnedana) para el extremeño Miguel Ángel Silva, el salmantino Alberto Escudero y el colombiano Juan de Castilla. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
o 27 de septiembre. Novillos de Ana Romero (encaste Santa Coloma) para David de Miranda, Louis Housson y Javier Moreno Sanz ‘Lagartijo’.
o 28 de septiembre. Novillos de El Freixo (encaste Juan Pedro Domecq y Las Ramblas) para Álvaro Lorenzo, Ginés Marín y Daniel Menes.
o 29 de septiembre. Novillos de Guadalmena (Núñez del Cuvillo y Juan Pedro Domecq) para Filiberto, Pablo Aguado y Luis David Adame.
o 30 de septiembre. Novillos de Fuente Ymbro (formada con vacas y sementales de Jandilla) para Varea, Alejandro Marcos y Joaquín Galdós.
o Uno de octubre. Novillos de Baltasar Ibán (encaste propio de Contreras con Juan Pedro Domecq) para Miguel Ángel Silva, Alberto Escudero y Juan de Castilla.
El Ayuntamiento de Arnedo hizo ayer públicas las combinaciones definitivas de toros y toreros de la próxima Feria del Zapato de Oro, que se celebrará del 27 de septiembre hasta el uno de octubre, y que cuenta con uno de los planteles de novilleros más ‘potentes’ de las últimas temporadas, tal y como lo demuestra el hecho de que en la segunda tarde del abono (28 de septiembre) se darán cita ante los novillos de ‘El Freixo’ -propiedad de Julián López ‘El Juli’- los dos últimos ganadores de este certamen: Álvaro Lorenzo (2013) y Ginés Marín (2014), acompañados de Daniel Menes, que se impuso en el Zapato de Plata de 2013; es decir un cartelón de primerísimo nivel en el que deben saltar chispas. Y ésta es la tónica de cada una de las combinaciones de una feria en la que cada cartel tiene un sentido de rivalidad entre los toreros, contrastando formas y colocando el listón de la feria como uno de los abonos novilleros más importantes de toda la temporada. Así, la feria comienza con una novillada de Ana Romero (encaste Santa Coloma) para David de Miranda (que acaba de cortar un rabo en Huelva), el francés Louis Husson (toreando muchas duras en el país vecino y con bastante historia en infindad de festejos menores por toda La Rioja) y el jovencísimo cordobés Javier Moreno ‘Lagartijo’, que debutó con picadores el pasado mayo en Utrera (Sevilla). La novillada del 29 (con utreros de Guadalmena) tiene al murciano Filiberto y al extremeño Pablo Aguado como rivales, ya que torearon hace unos días en Sevilla juntos que cortaron una oreja cada uno a una más que interesante novillada de ‘Villamarta’. Y además, cierra la terna una de las grandes novedades de la temporada, el mexicano Luis David Adame, que acaba de triunfar en Gijón por todo lo alto, ya que fue capaz de cortar cuatro orejas a una novillada del Conde de la Maza. Otra de las novilladas ‘gordas’ de la feria es la penúltima, con astados de Fuente Ymbro (que vuelven al Zapato tras la buena novillada que lidió en marzo) para tres toreros en sazón: Varea (que indultó un novillo en Zaragoza), Alejandro Marcos y el peruano Joaquín Galdós, otro de los nombres rutilantes de la temporada. Galdós ha sido el gran tapado del año y está demostrando en cada tarde que tiene unos mimbres increíbles para ser figura. Se cierra el abono con los clásicos ‘Ibanes’ (la ganadería más respetada y admirada por la afición arnedana) para el extremeño Miguel Ángel Silva, el salmantino Alberto Escudero y el colombiano Juan de Castilla. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
o 27 de septiembre. Novillos de Ana Romero (encaste Santa Coloma) para David de Miranda, Louis Housson y Javier Moreno Sanz ‘Lagartijo’.
o 28 de septiembre. Novillos de El Freixo (encaste Juan Pedro Domecq y Las Ramblas) para Álvaro Lorenzo, Ginés Marín y Daniel Menes.
o 29 de septiembre. Novillos de Guadalmena (Núñez del Cuvillo y Juan Pedro Domecq) para Filiberto, Pablo Aguado y Luis David Adame.
o 30 de septiembre. Novillos de Fuente Ymbro (formada con vacas y sementales de Jandilla) para Varea, Alejandro Marcos y Joaquín Galdós.
o Uno de octubre. Novillos de Baltasar Ibán (encaste propio de Contreras con Juan Pedro Domecq) para Miguel Ángel Silva, Alberto Escudero y Juan de Castilla.
domingo, 9 de agosto de 2015
EL CANTE DE CANELA DE SAN ROQUE / Entrevista que le hice en Bodegas Ontañón
Ha muerto Canela de San Roque. Más información, aquí: http://www.abc.es/cultura/musica/20150805/abci-muere-canela-roque-201508042123.html
o Cante. Alejandro Segovia ‘Canela de San Roque’. Toque. Antonio Carrión. Salón de Columnas, del Teatro Bretón de Logroño. Ciclo Jueves Flamencos. Jueves, 25 de febrero de 2010. Esta crítica la publiqué en Diario La Rioja.
sábado, 8 de agosto de 2015
La ética del toreo como respeto al toro: "Los antitaurinos no tienen el monopolio de la sensibilidad"
Francis Wolff ahonda en el hecho taurino: «La muerte se ha convertido en algo vergonzoso y por eso la negamos»
Las corridas no tendrían ningún sentido sin la pelea del toro y sin el riesgo de la muerte del torero, que asume la violencia del toro bravo.
La primera emoción que se siente en una plaza es la admiración. No somos crueles ni sádicos; ni tampoco la corrida es tortura (eso es hacer sufrir a un ser humano indefenso).
Escribe el filósofo francés Francis Wolff que «el respeto absoluto de la vida humana es uno de los fundamentos de la civilización. No sucede lo mismo con la idea de respeto absoluto hacia la vida en general. De hecho, sería contradictorio con la idea misma de vida: la vida se alimenta sin cesar de la vida. Un animal es un ser que se alimenta de sustancias vivas, sean vegetales o animales. Proclamar por tanto que todos los seres vivos tienen derecho a la vida es un absurdo ya que, por definición, un animal sólo puede vivir en detrimento de lo viviente». Ésta es una de las reflexiones de la obra ‘Cincuenta razones para defender la corrida de toros’, un libro esencial en estos tiempos de ‘caza de brujas’ de un sector muy determinado de la política contra el fenómeno taurino. Y es que como dice Wolff, catedrático en la Escuela Normal Superior de la Universidad de París, la muerte del toro es el fin necesario de la corrida. «Podríamos enumerar razones utilitaristas, como que el toro está destinado al consumo humano y en ningún caso puede volver a servir para otra corrida. Pero esto no es lo esencial. Las verdaderas razones son simbólicas, éticas y estéticas. Simbólicamente, una corrida es el relato de la lucha heroica y de la derrota trágica del animal: ha vivido, ha luchado, y tiene que morir. Éticamente, el momento de la muerte es el «instante de la verdad», el acto más arriesgado para el hombre, en el que se tira entre los cuernos intentando esquivar la cornada gracias al dominio técnico que ha adquirido sobre su adversario en el desarrollo de la lidia. Estéticamente, la estocada es el gesto que finaliza el acto y hace nacer la obra; la estocada bien ejecutada, en todo lo alto y de efecto inmediato confiere a la faena la unidad, la totalidad y la perfección de una obra. La ética del toreo está repleta de códigos. Uno de ellos es esencial: «Prueba fehaciente del respeto hacia el toro es que en la corrida sólo se puede dar muerte poniendo el torero en peligro su propia vida. El deber de arriesgar la propia vida es el precio que uno tiene que pagar para tener el derecho de matar al animal». Contrariamente a lo que muchos aducen, al toro se le distingue como un ser vivo individualizado, que cuenta con un nombre propio conocido por todos y con una procedencia genealógica sabida por los aficionados, y al que muchas veces se le aplaude por su belleza, se le ovaciona por su combatividad, e incluso se le aclama como a un héroe. Los animalistas defienden que como «todos somos animales», deberíamos dispensar el mismo trato a los animales que a los hombres. Pero se equivocan, asegura Wolff: «Es justamente porque el hombre no es un animal como los demás por lo que tiene deberes hacia ellos y no al contrario. Estos deberes no pueden, en ningún caso, confundirse con los deberes universales de asistencia, reciprocidad y justicia que tenemos para con los otros hombres en tanto que personas. Sin embargo, está claro que tenemos deberes hacia algunos animales». A priori hay tres formas de relacionarse con los animales. A los animales de compañía les damos afecto a cambio del que ellos nos ofrecen: por eso, es inmoral traicionar esa relación, por ejemplo abandonando a un perro en el área de servicio de una autopista. A los animales domésticos les proporcionamos ciertas condiciones de vida, a cambio de su carne, leche o cuero...; por eso, es inmoral considerarlos como meros objetos de producción sin vida, como sucede en las formas más mecanizadas de la ganadería industrial; pero no es inmoral matarlos, puesto que con esa finalidad han sido criados. Y, respecto de los animales salvajes, con los que no nos liga ninguna relación individualizada, ni afectiva ni vital, sino solamente una vinculación con la especie, es moral, respetando los ecosistemas y eventualmente la biodiversidad, luchar contra las especies perjudiciales o proteger ciertas especies amenazadas. Ahora bien, ¿qué ocurre con los toros bravos, que no son animales propiamente domésticos ni verdaderamente salvajes? ¿Qué deberes tenemos para con ellos? Esto responde Wolff: «Preservar su naturaleza brava, criarlos respetando esa naturaleza, y matarlos (puesto que solo viven para eso) conforme a su fiereza natural».
Reivindicamos la ecología y apostamos por una de las últimas formas de ganadería extensiva que existen en Europa, por la biodiversidad y un ecosistema único en la dehesa.
La moral prohibicionista tiene grandes peligros. Hoy la han tomado con los toros. ¿Y mañana? ¿Con la caza o la pesca?
La palabra animal es mentirosa. No es lo mismo un perro, una pulga o un toro bravo y su acometividad. / Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja.
Las corridas no tendrían ningún sentido sin la pelea del toro y sin el riesgo de la muerte del torero, que asume la violencia del toro bravo.
La primera emoción que se siente en una plaza es la admiración. No somos crueles ni sádicos; ni tampoco la corrida es tortura (eso es hacer sufrir a un ser humano indefenso).
Escribe el filósofo francés Francis Wolff que «el respeto absoluto de la vida humana es uno de los fundamentos de la civilización. No sucede lo mismo con la idea de respeto absoluto hacia la vida en general. De hecho, sería contradictorio con la idea misma de vida: la vida se alimenta sin cesar de la vida. Un animal es un ser que se alimenta de sustancias vivas, sean vegetales o animales. Proclamar por tanto que todos los seres vivos tienen derecho a la vida es un absurdo ya que, por definición, un animal sólo puede vivir en detrimento de lo viviente». Ésta es una de las reflexiones de la obra ‘Cincuenta razones para defender la corrida de toros’, un libro esencial en estos tiempos de ‘caza de brujas’ de un sector muy determinado de la política contra el fenómeno taurino. Y es que como dice Wolff, catedrático en la Escuela Normal Superior de la Universidad de París, la muerte del toro es el fin necesario de la corrida. «Podríamos enumerar razones utilitaristas, como que el toro está destinado al consumo humano y en ningún caso puede volver a servir para otra corrida. Pero esto no es lo esencial. Las verdaderas razones son simbólicas, éticas y estéticas. Simbólicamente, una corrida es el relato de la lucha heroica y de la derrota trágica del animal: ha vivido, ha luchado, y tiene que morir. Éticamente, el momento de la muerte es el «instante de la verdad», el acto más arriesgado para el hombre, en el que se tira entre los cuernos intentando esquivar la cornada gracias al dominio técnico que ha adquirido sobre su adversario en el desarrollo de la lidia. Estéticamente, la estocada es el gesto que finaliza el acto y hace nacer la obra; la estocada bien ejecutada, en todo lo alto y de efecto inmediato confiere a la faena la unidad, la totalidad y la perfección de una obra. La ética del toreo está repleta de códigos. Uno de ellos es esencial: «Prueba fehaciente del respeto hacia el toro es que en la corrida sólo se puede dar muerte poniendo el torero en peligro su propia vida. El deber de arriesgar la propia vida es el precio que uno tiene que pagar para tener el derecho de matar al animal». Contrariamente a lo que muchos aducen, al toro se le distingue como un ser vivo individualizado, que cuenta con un nombre propio conocido por todos y con una procedencia genealógica sabida por los aficionados, y al que muchas veces se le aplaude por su belleza, se le ovaciona por su combatividad, e incluso se le aclama como a un héroe. Los animalistas defienden que como «todos somos animales», deberíamos dispensar el mismo trato a los animales que a los hombres. Pero se equivocan, asegura Wolff: «Es justamente porque el hombre no es un animal como los demás por lo que tiene deberes hacia ellos y no al contrario. Estos deberes no pueden, en ningún caso, confundirse con los deberes universales de asistencia, reciprocidad y justicia que tenemos para con los otros hombres en tanto que personas. Sin embargo, está claro que tenemos deberes hacia algunos animales». A priori hay tres formas de relacionarse con los animales. A los animales de compañía les damos afecto a cambio del que ellos nos ofrecen: por eso, es inmoral traicionar esa relación, por ejemplo abandonando a un perro en el área de servicio de una autopista. A los animales domésticos les proporcionamos ciertas condiciones de vida, a cambio de su carne, leche o cuero...; por eso, es inmoral considerarlos como meros objetos de producción sin vida, como sucede en las formas más mecanizadas de la ganadería industrial; pero no es inmoral matarlos, puesto que con esa finalidad han sido criados. Y, respecto de los animales salvajes, con los que no nos liga ninguna relación individualizada, ni afectiva ni vital, sino solamente una vinculación con la especie, es moral, respetando los ecosistemas y eventualmente la biodiversidad, luchar contra las especies perjudiciales o proteger ciertas especies amenazadas. Ahora bien, ¿qué ocurre con los toros bravos, que no son animales propiamente domésticos ni verdaderamente salvajes? ¿Qué deberes tenemos para con ellos? Esto responde Wolff: «Preservar su naturaleza brava, criarlos respetando esa naturaleza, y matarlos (puesto que solo viven para eso) conforme a su fiereza natural».
Reivindicamos la ecología y apostamos por una de las últimas formas de ganadería extensiva que existen en Europa, por la biodiversidad y un ecosistema único en la dehesa.
La moral prohibicionista tiene grandes peligros. Hoy la han tomado con los toros. ¿Y mañana? ¿Con la caza o la pesca?
La palabra animal es mentirosa. No es lo mismo un perro, una pulga o un toro bravo y su acometividad. / Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja.
sábado, 1 de agosto de 2015
Dos genios: de Paquiro a José Tomás

Tierras Taurinas y Cuadernos de Tauromaquia llegan con toda la cultura del toreo y del toro bravo
Acaban de llegar a los quioscos las dos principales revistas de cultura taurina que se publican regularmente en España: ‘Cuadernos de Tauromaquia’ y ‘Tierras Taurinas’, ambas tienen una periodicidad trimestral y se ahondan en temas que van más allá de la actualidad taurina de ferias y corridas. La primera de ellas es de origen francés y está editada por André Viard, que sigue con su fascinante recorrido por las zonas ganaderas de España y Francia. En este número se adentra en Medina Sidonia de la que dice que en ella «nació la idiosincrasia campera gaditana y se continúa preservando el equilibrio natural que hombres, toros y caballos alcanzaron desde tiempo inmemorial. Unas tradiciones envueltas de misterio, que cualquiera puede presenciar hoy gracias al espectáculo ‘A campo abierto’ que ofrecen en Los Alburejos. Un lujo sin desperdicio». Sin embargo, la comarca atraviesa momentos duros, con ganaderías que han desparecido como Marqués de Domecq, Martelilla o Mari Carmen Camacho. En este número Viard se detiene en la figura del chiclanero Paquiro, además de interesantes reportajes en ganaderías como Núñez del Cuvillo, Torrestrella y Cebada Gago. Por su parte, ‘Cuadernos de Tauromaquia’ se centra en el regreso de José Tomás a Aguascalientes, a través de un precioso relato escrito por José Carlos Arévalo e ilustrado por Olga Holguín. Sobresale el implacable análisis de Paco Aguado de la Feria de San Isidro, en el que expone con una claridad demoledora las lacras de la fiesta, aparte de resaltar debidamente los aspectos positivos de un negocio (el taurino) que precisa una revisión profunda. Para los amantes de la historia del toreo, ‘Cuadernos de Tauromaquia’ trae dos temas. Uno es el de las competencias toreras antes de la Guerra Civil, documentado y escrito por Santi Ortiz. Y además, debuta en la revista José Morente con un ensayo sobre el polémico asunto de ‘Cargar la suerte’, analizando la cuestión desde sus orígenes hasta nuestros días. Destaca un reportaje de veinte páginas sobre la maravillosa finca gaditana de Jandilla. Y finalmente (tratando el tema con la delicadeza que precisa) un estudio médico sobre las lesiones por asta de toro, que nos lleva a meditar acerca del mérito de los hombres que se visten de luces. La revista se corona con diferentes artículos cortos de Álvaro Acevedo y por el ya tradicional relato de la periodista madrileña Covadonga del Peso. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
Suscribirse a:
Entradas (Atom)