La semana pasada ‘Mundotoro’ anunció una Feria de San Mateo con sólo cuatro festejos y hubo más de uno que se lo creyó a pies juntillas (y encima aplaudió) sin percatarse de que este portal taurino se había olvidado sumar en su enrevesadísima información la corrida de rejones que desde hace unos diez años corona el abono logroñés. En la pieza periodística –por decir algo– no se citaba ninguna fuente, ninguna ganadería y se hablaba de un mano a mano entre Morante y Perera; una mixta con Hermoso, Ponce y Manzanares; una cosa con «toreros jóvenes», además de ‘Fandi’, Fandiño y el «torero de la tierra» Diego Urdiales. Es decir, poco más que una divagación con el mismo fuste del ‘tuit’ Molés del año pasado en el que aventuraba un San Mateo con tres corridas, una menos que los de ‘Mundotoro’. Sea como fuere, este tipo de especulaciones hacen mucho daño a una plaza como la de Logroño, sin duda herida y de la que nadie cuida durante todo el año. La ‘Casa Chopera’ hace tiempo que ha presentado todos los carteles de sus ferias excepto la de Logroño; desde que terminó San Mateo no se ha sabido de ellos nada por La Rioja; el año pasado lanzaron su abono joven y no se enteró casi nadie. Hoy no criticaré su gestión taurina porque ellos saben mucho más que yo de toros y toreros, pero sí lo haré ante la sensación de dejadez que muestran por La Ribera, por la afición de Logroño y por la generación de una mínima promoción de una feria de la que han ganado honradamente sumas muy importantes durante décadas. Pero la realidad es que los tiempos han cambiado; ya no se puede venir, presentar los carteles y esperar a que la plaza se llene. Eso no funciona en nada y mucho menos en los toros. Hay que trabajar la promoción, las facilidades de pago, los precios, innovar en todo, pero la ‘Casa Chopera’ no emite señales.
o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja.
