lunes, 18 de septiembre de 2017

La revolución de la suerte de varas de Alain Bonijol

La cuadra francesa debutó en 2009 y se ha convertido en santo y seña de la plaza para los caballos de picar

En la Feria de San Mateo de 2009 la empresa del coso de La Ribera hizo una apuesta que no pasó desapercibida entre los buenos aficionados: la incorporación al espectaculo taurino de la cuadra frances de picar de Alain Bonijol, un adelantado a su tiempo que ha marcado diferencias (junto a la cuadra de la Real Maestranza de Sevilla) a la hora de preparar sus caballos para ejecutar una de las suertes que es piedra angular del toreo pero que se la mira siempre con lupa desde todas las ópticas del ruedo y también fuera de él. Las mejoras han sido considerables en todos los sentidos. «El cabalo de picar no puede ser una rémora, tiene que contribuir a engrandecer el toreo». Las monturas de la cuadra de Bonijol son finas, valientes, resistentes y rezuman torería. Y además de todo ello, ofrecen a los picadores la posibilidad de convertir la suerte de varas un verdadero espectáculo respetanddo los cánones máximos de un tercio que sonrojaba a muchos aficionados por la poca torería de aquellos percherones imposibles con los que torear era una utopía. La cuadra de Alain Bonijol se encuentra muy cerca de Nimes. Comenzó con un solo caballo tordo llamado 'Sitting Bull', del que cuentan que era capaz de picar, de hacer de alguacillo y hasta de arrastrar los toros. Hoy en su cuadra pastan cincuenta monturas que han revolucionado el caballo de picar porque son de origen anglo-árabe, hispano-bretonas, argentinas y normandas.

Doma
Bonijol explica que «la suerte de varas necesita un caballo que esté bien domado, ni un mulo ni un percherón. Un caballo de picar es parte esencial de la lidia y tras las primeras verónicas de recibo por parte del matador, su primera gran prueba es la del caballo. Tanto el picador como el caballo han de ir por derecho en esa suerte y para lograrlo hay que tener caballos muy bien preparados. Nosotros los domamos para que no se tumben sobre el toro con sus más 600 kilos de peso. Lo que les enseñamos es a resistir la embestida del toro, aguantando su ímpetu pero sin trucos y con nobleza». Uno de los caballos estrella de la cuadra de Bonijol se llama 'Destinado', un animal que ha destacado en muchas ferias francesas por su extraordinario valor. En Vic-Fezensac tuvo que dar la vuelta al ruedo al acabar la lidia por la maravillosa interpretación que realizó de la suerte de varas ante un fiero toro de Dolores Aguirre llamado 'Cantinillo'. El francés Bonijol ha logrado dotar de una nueva prestancia a la suerte de varas. o Artículo publicado en Diario La Rioja

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