domingo, 19 de febrero de 2012

EL JULI EN SU LABERINTO

 
Zabala de la Serna destapó hace unos días la caja de los truenos: «El Juli medita su retirada», escribió el periodista. Sin ninguna clase de confirmación o desmentido por el entorno del torero (continúa sin haber), la especie se extendió como la pólvora entre las gentes del toro después de los dos faenones del torero de Madrid en la plaza de México, conde cortó cuatro orejas tras dos actuaciones de máxima entrega y espolvoreadas por ese punto de rabia lógico en un tipo que se siente pagano máximo de la batalla emprendida por el G-10 en torno a los derechos de imagen. ¿Por qué se están cargando todas las tintas contra El Juli? Él ya sabía que era uno de los eslabones más débiles por dos razones: ha perdido su tirón en la taquilla y su carrera la dirige un apoderado independiente, no una empresa. Así que a pesar de que se está llegando a acuerdos con las plazas que emitirán sus ferias por Canal Plus, los toreros con apoderados sin empresa se están quedando fuera de los principales abonos. Comienza el año y El Juli no pisará ni Castellón, ni Valencia ni Sevilla, y el mismo camino lleva Miguel Ángel Perera, el tapado Perera en esta batalla es, sin duda, el mayor saco de las injusticias. En esta delirante situación, sobre todo cuando otros toreros del G-10 seguirán en todas las ferias por el mero hecho de estar apoderados por las empresas. Y el máximo exponente es José María Manzanares, fijo en todos los carteles, sin olvidar a Talavante, apoderado por la mismísima empresa de Madrid.
 
Cobrar sin torear
'Abc' publicó hace unos días dos datos demoledores: en la primera feria televisada solo torearán cinco figuras, pero cobrarán derechos de imagen las diez, 279.000 euros en total. ¿Es o no es una cuestión de dinero? Y el segundo apunte: el pacto del G-10 tiene un precio astronómico, un millón de euros por coleta. Es decir, el primer torero que se salga de la disciplina del grupo tendrá que abonar semejante cantidad al resto en concepto de 'prima de riesgo'. Lo más increíble de todo es que mientras dos (Juli y Perera) ven la forma en la que se están quedando fuera de las ferias, casi todo el resto del grupo sigue en el circuito, con las ferias televisadas a cambio de un dinero que se lo reparten entre diez aunque toreen seis. ¿Qué hará El Juli? ¿Aguantará un año fuera de las ferias? ¿Irá a Madrid? ¿Toreará el 17 de marzo en Arnedo? Esto último parece más que probable porque su contrato está firmado y rubricado entre su apoderado y el Ayuntamiento de la Ciudad del Calzado. Pero, de momento, nadie dice nada. / Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja.

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