miércoles, 11 de mayo de 2011
POCO TOREO, DEMASIADOS CROMOS
Es muy tarde y estoy muy cansado; acabo de ver la repetición de Plus del primer festejo de San Isidro, con una manejable corrida de Valdefresno que ha aportado dos toros de triunfo: el primero y especialmente el quinto, un animal bellísimo, serio, arremangadito de pitones y con el que Matías Tejela ha dibujado una faena destemplada y sin estructura en la que ha dejado a las claras el horrible momento que atraviesa. Matías torea en todas las ferias; nunca pasa nada con él, pero se anuncia en todos los seriales en esa suerte de carteles medios en el que se intercambian los apoderados y los empresarios los nombres de los toreros como si fueran cromos. De ahí, quizás su indolencia, su falta de compromiso para plantarse con el buen astado de Valdefresno y jugar sus muñecas con temple. Un naufragio en toda regla el de Matías, un diestro escurrido de valor en el que se amontonan las corridas como los muletazos, sin ton ni son. El otro buen toro de la corrida salió en primer lugar y Juan Bautista Jalabert, un torero cada vez más mediocre, se perdió en un sinfín de probaturas para desperdigar un trasteo abúlico y descompasado en el que no fue capaz de entender el buen son de Rayito, que así se llamaban el manejable Valdefresno. Daniel Luque dispuso del lote peor, pero toreó muy bien a la verónica en el sexto. El primero se le rajó demasiado pronto y el último de la tarde no tuvo fondo para aguantar el toreo. No fue una tarde aburrida, pero sí demasiado previsible porque de Matías Tejela y de Juan Bautista Jalabert sólo un milagro los puede poner en Madrid a torear.