viernes, 10 de septiembre de 2010

Albert Boadella: «Un mundo sin valores se precipita hacia el caos»

Els Joglars celebra sus 50 años en escena con una autoparodia en la que Albert Boadella investiga su futuro

«Detrás del nacionalismo catalán se esconden auténticas y muy peligrosas paranoias»

A la obra de teatro '2036. Omena-G', de Els Joglars, que comienza a representarse hoy en el Teatro Bretón de Logroño, la define el propio Albert Boadella, además de como un «antihomenaje», como una reflexión «sarcástica y divertida sobre la manera en la que nos imaginamos el mundo dentro de cincuenta años y qué sucedería en el caso de que nuestra compañía siguiera haciendo teatro».
-¿Ha llegado a alguna conclusión?
-Siempre que se ha realizado una indagación sobre el futuro, desde Julio Verne a Stanley Kubrick, lo que se pronostica tiende hacia el terror. Esto tiene su lógica porque funciona como un aviso, ya que si dibujáramos un futuro feliz todos nos relajaríamos; además tengo la certeza de que existe una permanente degeneración. De hecho, estamos asistiendo a un profundo cambio en eso que llamamos valores, y en algunos casos -no todos- a peor. Me da la sensación de que hemos perdido referentes, tanto políticos como religiosos, y una sociedad sin referencias ni valores tiene muchas posibilidades de precipitarse en un auténtico caos.
-¿Cuando fundaron la compañía pensaban que el futuro les iba a deparar la clandestinidad en una parte de España como es Cataluña?
-Estas son las contrapartidas que tiene seguir practicando la libertad. Cuando comenzamos pertenecíamos a una generación enormemente ilusionada a pesar de que en aquel momento vivíamos en una dictadura que iba a tardar catorce años en caer. En cambio, sentíamos una enorme ilusión por establecer una relación de libertad para nuestro país, en transformarlo y romper muchos tabús. Lo que era imprevisible es que muchos de esos ideales que en aquel momento tratábamos de poner en funcionamiento hayan sido tan negativos. En aquella sociedad tan gris y monótona, paradójicamente existían unos anticuerpos que estaban muy vivos precisamente por las dificultades a las que tenían que enfrentarse. Ahora vivimos exactamente lo contrario, en general los jóvenes han tenido una vida fácil porque muchas cosas les han sido dadas y además creen que tienen derecho a que les sean dadas. Este fenómeno entristece a la gente y ha desactivado totalmente esa necesidad de lucha para mejorar y para transformarnos.
-En su libro 'Adiós Cataluña' sorprende el contraste de los capítulos de su vida guerrera con los que dedica a su relación amorosa con su mujer Dolors. ¿Por qué lo ha hecho así?
-Creo que ese contraste explica las razones por las que una vida excitada tiene mucho que ver con la relación de pareja. Seguramente, una existencia monótona y ordenada hubiera deparado una relación mucho más aburrida. El hecho de que mi vida íntima haya sido tan intensa también ha influido en mi forma de hacer teatro.
-Stephen Hawking ha escrito que no es necesaria la figura de Dios para la creación...
-Más allá de cómo queramos representar a Dios, para un artista se hace complicado no mantener una sensación de relación con lo intangible. Por eso, la creencia de que existe en el mundo algo que no es exactamente la materia que vemos a diario es imprescindible.
-¿Por qué ha roto con su tierra?
-No niego la existencia de lo catalán, de su cultura, de su lengua y de un sentimiento territorial. Ahora bien, que ese sentimiento exista no quiere decir que sea legítimo. El sentimiento de la Alemania de 1932 donde se creía en una raza superior era algo real, pero no era noble, todo lo contrario. Hay una parte del catalanismo que lleva a caminos que acaban siendo enormemente negativos para el propio territorio, ya que están basados en el odio a España y en una realidad que no ha existido nunca. No es real que España haya odiado a los catalantes ni que Cataluña haya sido alguna vez independiente. Me gusta la lengua que he hablado desde niño, hay paisajes maravillosos. pero de ahí a montar una realidad basada en esos sentimientos y no en la razón me parece un desafuero total. Detrás de todo esto se esconden paranoias y eso es muy peligroso.
- ¿Cree que Cataluña será pronto independiente?
- Si no lo es ya es porque temen que tendrían que hacerse cargo de muchas responsabilidades. Además, en el caso de hacerlo, ¿qué opción le quedaría al Estado español? ¿Mandar al ejército? Estoy seguro de que el Estado no lo haría porque me temo que no hay fuerza moral en el conjunto de España para tomar una decisión así.
- ¿Es la independencia una cuestión que preocupe a los ciudadanos?
- La gente escucha a unos medios muy colaboradores con este delirio nacionalista a cambio de las subvenciones. En Cataluña se ha construido un verdadero régimen en el que no hay oposición, sólo existe una idea única: el nacionalismo.

o Esta entrevista la he publicado hoy en
Diario La Rioja.

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