El diestro extremeño consiguió seis orejas, una puerta grande y el favor del público en una feria en la que Hermoso de Mendoza entusiasmó a lomos de ‘Chenel’ y Enrique Ponce se despidió en silencio No tuvo compasión Perera en Logroño y rompió la feria de San Mateo tras conmover a La Ribera como no se recordaba por estos pagos. Cortó seis orejas y dejó la dimensión de un torero con trazas de figura grande, de matador con vocación de mando y de diestro sumamente lidiador al que le valen todos los toros para labrar con ellos faenas de triunfo. El momento más lucido de su feria fue en la corrida del martes, festejo en el que obtuvo tres orejas y abrió por la puerta grande de La Ribera. Quizás la corrida de ‘Fuente Ymbro’ constituyó el encierro más completo del abono a pesar de que dos toros se rompieron una pata y no pudieron completar la bravura que presagiaban. Sin embargo, su actuación más emotiva llegaría al día siguiente con el sobrero serio y engatillado de ‘El Ventorrillo’, un animal que buscaba siempre al Perera por encima del estaquillador y que, engallado, esperaba incierto en cada muletazo. Perera tuvo la virtud de robarle la voluntad al toro y en una faena valentísima dejó boquiabierta a la afición por su demostración de valor. En su primera corrida sustituyó a Cayetano y cortó dos orejas a sendos morlacos colaboradores y nobles de Garcigrande.
o Hermoso, triunfal El otro torero que salió por la puerta grande fue Pablo Hermoso de Mendoza, que dibujó una de sus actuaciones más bellas en Logroño el lunes a un astado muy bueno de Fermín Bohórquez. El estellés bordó el toreo y encandiló a lomos de su caballo ‘Chenel’, con el que completó uno de los mejores tercios de banderillas de la temporada. Las otras dos orejas de la feria se las repartieron ‘El Juli’ (día 23 al primero de ‘Fuente Ymbro’) y Sergio Domínguez, que además se anotó una vuelta a su primero.
o Miguel Ángel Perera: «Las grandes figuras surgen de las grandes apuestas». Miguel Ángel Perera tuvo tiempo para analizar su actuación en la feria en los micrófonos del programa especial taurino de San Mateo de Punto Radio. – ¿Qué balance hace de su paso por la feria? – Creo que he hecho historia en esta ciudad porque he apostado al máximo. De hecho, estoy convencido de que las grandes figuras del toreo siempre han surgido de las apuestas atrevidas. Logroño me ha dado la oportunidad de expresarme como torero y yo he dadoes paso porque quiero estar en lo más arriba del escalafón. – ¿Con cuál faena se queda de las seis? – Cada una ha tenido sus razones y su importancia. Algunos pueden pensar en la de las dos orejas del toro de Fuente Ymbro, que me pareció que tuvo muchas virtudes, pero por la exigencia que desarrolló y por la hondura de varios de sus pasajes, yo le doy mucho mérito a la del sobrero de ‘El Ventorrillo’, un astado con el que arriesgué al máximo y con el que me jugué la vida.
o La mejor corrida fue la de Fuente Ymbro en una feria decepcionante en toros. La feria taurina de San Mateo ha sido siempre una de las privilegiadas en cuanto a la presentación de los astados. Sin embargo, este año el nivel de hechuras y presentación ha descendido cualitativamente con respecto a otras temporadas. Sin duda, la corrida más redonda del abono fue la de ‘Fuente Ymbro’, a pesar de contar con el handicap de lesionarse dos de sus astados al romperse sendas patas durante la lidia. Hubo excelentes ejemplares como el primero, tercero y sobre todo el quinto, al que se le pidió el indulto por un sector. La corrida de Cebada Gago se movió bastante, fue muy seria por delante y además fue muy variada de juego y hechuras, con fuerza y con varios ejemplares faenables. Las reses de Domingo Hernández y Garcigrande constituyeron una de las sorpresas de la feria y dieron un gran número de opciones de triunfo tanto a Perera como a Eduardo Gallo. En rejones, un astado de Fermín Bohórquez fue bravísimo. Las corridas de ‘El Ventorrillo’ y ‘Zalduendo’ constituyeron dos enormes decepciones. Las dos estuvieron muy por debajo de lo esperado tanto en cuanto a presentación como a juego. La primera se salvó por el sobrero con el que Perera asustó al miedo y la de Fernando Domecq –de hechuras impropias de esta plaza y pitones muy sospechosos de haber sido fraudulentamente manipulados– sacó genio y mala casta. La corrida de Victorino Martín tampoco estuvo a la altura de otras temporadas ni en cuanto a presentación ni juego, a pesar de que se pudo haber cortado alguna oreja. La de Luis Terrón de rejones fue buena y dio opciones de triunfo a los tres rejoneadores.
o Ponce se fue casi en silencio y no vinieron ni Cayetano ni Manzanares. Enrique Ponce dijo que esta feria probablemente iba a ser su última corrida en San Mateo. Pues bien, el torero de Chiva volvió a pasar prácticamente desapercibido y no logró abrir la única de las puertas grandes de España que se le resisten. Se le vio –como casi siempre– tan fácil como poco comprometido y pasó al final de puntillas por San Mateo. Una de las peores noticias de la feria fueron las bajas de Cayetano y de José María Manzanares. El primero sigue sin poder presentarse como matador en Logroño tras una grave cogida en Palencia y Manzanares se puso enfermo en Murcia. Tampoco vino Aparicio y su enfermedad intestinal propició la tercera repetición de Perera. Otro torero muy esperado que pasó de puntillas fue Morante de la Puebla, que se enfrentó a dos toros que le ofrecieron nulas opciones para demostrar el arte congénito que atesora. Diego Urdiales también pasó con amargura por San Mateo. El día de los Zalduendos se empeñó en torear a dos astados de corto recorrido y escasísimo fondo y salió mermado físicamente ante dos victorinos al día siguiente. Lo intentó todo con el sexto –lo dejó prácticamente crudo para apostar con él– pero no consiguió ni estar a gusto con una embestida siempre precedida de un molestísimo gazapeo. La respuesta de público en la feria ha sido aparentemente mejor que el año pasado y la peor entrada se registró el 21, con algo más de media plaza. (Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja y la foto, obra de Juan Marín, coresponde a la faena de Perera al sobrero de 'El Ventorrillo').
