domingo, 11 de junio de 2017

Jesús Cuesta se lleva el XV Bolsín Taurino de La Rioja

Justo Rodríguez
Extraordinaria novillada de Lumbreras y muy buen toreo del joven trianero que marcó diferencias en el ruedo 

Una edición más del Bolsín Taurino de La Rioja la ganadería de Álvaro y Pablo Lumbreras volvió a dar un recital de todo lo que se puede esperar en un conjunto de erales: presentación, movilidad, temperamento y buenas dosis de nobleza. Los seis ejemplares dieron juego y la suerte de caer en unas u otras manos marcó el devenir y el orden de sus embestidas. El novillo más completo –premiado con una merecida vuelta al ruedo– atendió al nombre de ‘Galván’, coloradito, astillano y largo de viga y fue a parar a las manos de Jesús Cuesta, un novillero de Triana que marcó diferencias con sus compañeros de terna en todos los sentidos y que mueve con especial aire los trebejos de torear. En estos festejos, sin picadores, los astados se mueven con especial velocidad y la muleta no puede ser una banderola que se acomode al ritmo de las embestidas. Hay que mandar, templar y reducir, quizás el paradigma más exquisito y complejo del toreo. Jesús Cuesta lo hizo ya con el capote en un fajo de lances de recibo muy bueno abrochado con una media de lento compás que presagió que la clase que atesoraba el buen novillo se iba a encontrar con unas manos capaces de amasarla. La faena de Jesús Cuesta tuvo dos fases, una primera con la mano derecha para ligar los muletazos y la más honda al natural, con descomunales pases de pecho y parón final en el que se dejó llegar los astifinos pitones del astado hasta los brillos de los alamares sin rectificar un milímetro. Tiene valor para torear despacio y formas de torero bueno con un capote que apunta aromas añejos sin pinturería barata. Mató trasero, pero se tira en el morrillo muy de verdad, dejándose llegar mucho al toro y atacando al estilo de Andrés Roca Rey. La faena fue aclamada; hubo petición para dos orejas y la vuelta al ruedo tuvo el sabor de premio auténtico. 

Justo Rodríguez
Gran ambiente en los tendidos 
Calor y toros en la plaza portátil de Lardero y mucha gente que decidió apelotonarse en los tendidos de sombra antes que aguantar el calor del sol caído a plomo sobre la plaza portátil. El banderillero Diego Sánchez, de la cuadrilla de Uceda Vargas se llevó el premio al mejor par. Le puso dos al sexto, llamado ‘Jardinero’, otro ejemplar bellísimo, chorreado en verdugo, muy serio y casi con hechuras de utrero que tuvo nobleza a raudales por ambos pitones. El torero de Gerena, apoyado en todo momento por su mentor Tomás Campuzano, también tiene buen aire aunque matizado por su bisoñez. Se llevón un volteretón tremendo con la muleta, pero no se arredró y siguió intentándolo todo para no desmercer su puesto en la final. Borja Ximelis, de Palma de Mallorca, dejó dos series muy templadas con la mano izquierda en el primero de la tarde. Pero luego decidió esfumarse un tanto tirando más hacia un toreo efectista y con la ligazón como piedra angular de su ciencia. Se mostró variado en el capote y puso banderillas que encandilaron al público. Al final de la novillada se entregaron los premios y a Carlos Lumbreras seguró que se le resbaló alguna lágrima por las mejillas.

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