domingo, 18 de diciembre de 2016

Las plazas se resisten al vacío

Según datos de Cultura aumentan la franjas de jóvenes que asisten a los toros

A lo largo de 2015, a los espectáculos taurinos de pago se acercaron en torno a 3,7 millones de personas, según el Ministerio de Cultura

Los toros viven inmersos en una singular encrucijada, quizás la mayor de una historia que se remonta hasta la antigüedad y que cuajó como arte mayúsculo en las primeras décadas del siglo XX; con las vanguardias pictóricas y poéticas nació el arte del toreo, el sentimiento de su belleza y su consideración espiritual como una expresión del alma. Pero todo ha cambiado, y aunque llegan los rumores de la increíble faena que el domingo pasado protagonizó Morante de la Puebla en la Monumental de México, la realidad es que el invierno taurino en España ha traído la lamentable noticia de la pérdida de Vitoria para la causa. En la capital de Álava el toreo venía herido de muerte desde hace años. Después de que ninguna empresa se haya presentado al concurso de adjudicación del coso, el Gobierno municipal, formado por PNV y PSE, ha decidido renunciar a repetir el concurso público y tampoco ha querido negociar directamente con alguna de las empresas que en un principio se interesaron de forma directa o indirecta por hacerse cargo del inmueble. Según El Correo, la decisión está tomada y no habrá toros el año que viene. El adjudicatario, según estipulaba el pliego, además de abonar un canon anual de 3.000 euros, debía costear la colocación de la arena de la plaza, los honorarios de la banda de música, así como costes médicos y veterinarios, aspectos todos que hasta ahora eran asumidos por el propio consistorio. El Ayuntamiento ha hecho todo lo posible para que no se den toros, pero de nuevo el sector taurino ha sido totalmente incapaz de reaccionar y ofrecer una respuesta conjunta. Nadie, ni toreros, ni empresarios... Los grandes han permanecido una vez más inmóviles.

El Gobierno de España edita cada año los algoritmos de los hábitos culturales de los ciudadanos. Y entre muchos números e ideas aparece en el nuevo anuario un dato más que revelador: la edad media de quienes se han acercado a alguna de las manifestaciones de la tauromaquia reglada se ha rejuvenecido con respecto a hace cuatro años y, además, se ha hecho más culta, tanto que en todos los parámetros que se analizan –museos, artes escénicas, música, etc...– los que se acercan a una plaza de toros superan de forma clara a la media nacional en sus inquietudes culturales. Como recoge ‘Taurología.com’ en un concienzudo informe, a lo largo de 2015, a los espectáculos taurinos de pago se acercaron en torno a 3,7 millones de personas. Pero lo más interesante radica en el incremento de espectadores que se registra en las franjas de 15 a 25 y de 25 a 35 años, que han crecido de manera apreciable con respecto a lo que ocurría en el periodo 2006-2007. Aunque en todos los grupos de edad, la asistencia a los toros mejora con respecto a hace cuatro años, estos tramos más jóvenes lo hacen en mayor medida. 

Toros y cultura 
Además, en todas las disciplinas de la cultura, quienes va a los toros se sitúan en una posición superior a la media nacional en asistencia al cine, teatro o conciertos musicales, lectura de libros o visitas museos. Parece que las plazas no se vacían del todo y que los que asisten a las corridas no son esos seres dantescos que el animalismo inventa a cada paso. La encuesta refleja también un apreciable grado de satisfacción en el espectador de toros: en un torno a un 38% puntuó con un sobresaliente entre 10 y 9 y más de un 45% lo hicieron con un notable alto: 8 y 7. Pero a su vez, a través de la televisión y de las nuevas tecnologías, se acercaron a la fiesta un número muy apreciable de espectadores. Hasta un 35% de las audiencias atendió a las transmisiones taurinas de la TV y más de un 2,5% lo hizo a través de Internet. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja

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