domingo, 25 de enero de 2015

Vicente Amigo: «Merece la pena sufrir componiendo porque lo que encuentras es grande»

El guitarrista y compositor cordobés abre esta noche los XIX Jueves Flamencos

Llega un momento que la guitarra forma parte de ti de tal manera que no puedes dejarla a un lado porque la necesitas casi como la respiración. Yo a estas alturas de mi vida ya no puedo ni tan siquiera  imaginarme haciendo otra cosa». Así explica el guitarrista Vicente Amigo (Guadalcanal, 1967) la relación que mantiene con un instrumento al que ha consagrado buena parte de su existencia y del que está considerado como uno de los más grandes virtuosos, tanto a la hora de la interpretación como por su capacidad creativa en la composición, en la que ha destaca como uno de los autores más grandes del flamenco contemporáneo. Vicente Amigo actúa esta noche (21 horas) en el Teatro Bretón en la inauguración de la XIX edición de los Jueves Flamencos.
-Hay un vídeo del tema ‘Roma’ de su último disco en el que aparece paseando en bici con la guitarra a la espalda que parece muy revelador en cuanto a la relación que tiene con el instrumento...
-Sí, es verdad, pero no lo interpreto como una carga que llevo a la espalda sino como algo que forma parte casi de mi cuerpo, de mi propio ser. Me gusta mucho andar en bici, me relaja pasear con ella. El vídeo surgió porque la directora me dijo que quería sacarme menos tocando y más haciendo alguna otra cosa… Y nos dio por la bicicleta.
-La obra se llama ‘Roma’ pero las imágenes no parece que se grabara ni allí ni en  Córdoba, su ciudad.
-Es verdad, lo grabamos en los últimos pueblos del Camino de Santiago. Una vez me contó José Tomás que hizo el camino con Antonio Corbacho, aquel apoderado tan genial que tenía, y desde ese momento tengo el gusanillo de poderlo hacer entero porque me imagino que tiene que ser una experiencia increíble.
-¿Escucharemos en el concierto de esta noche su nuevo disco?
-Claro, lo que sucede es que al ser en un formato de cuarteto (con Añil Fernández a la segunda guitarra; Rafael de Utrera, al cante y Antonio Coronel a la percusión) la guitarra tiene como mayor responsabilidad que cuando se sitúa en un concierto con un grupo más numeroso y más instrumentos. De alguna manera estos conciertos tienen un planteamiento mucho más íntimo, más sensorial, más auditivo. Habrá temas de ‘Tierra’ y otros de mis anteriores trabajos.
-¿Y su posición a la hora de interpretar es distinta?
-No, es la misma. Uno rebusca siempre en su interior para hacer la música que llevas dentro. Me gusta además empezar con una taranta para recordar aquellos inicios míos en el Festival de La Unión. Es decir, empezar siempre por el principio aunque uno se vaya haciendo cada vez más mayor.
-Pero dicen que el paso del tiempo deja en el artista un poso de profundidad parecido al que se puede encontrar en el vino.
-Es verdad, además el mundo del vino me encanta, no entiendo mucho, pero me parece un universo increíble de aromas, sabores y sensaciones. Tengo un buen amigo en La Rioja que sabe mucho de eso y que se llama Álvaro Palacios.
-Sigue sorprendiéndole la guitarra a estas alturas de su vida.
-Siempre, es curiosa la relación que tenemos los músicos con nuestros instrumentos. La composición siempre es un proceso agotador y en ocasiones me ha sucedido que una cosa que un día me ha entusiasmado al día siguiente me ha parecido horrible. No es un tópico, pero depende de multitud de factores y la sensibilidad y el estado de ánimo juega un papel extraordinariamente complejo en todo este proceso. De todas formas, merece la pena sufrir porque cuando encuentras  algo parecido a lo que vas buscando es como si te pusieras realmente frente al espejo. Como que te encuentras y se genera dentro de uno una sensación de gran plenitud. Desde mi punto de vista es lo más grande de ser músico.
-¿Qué papel juega el público?
-Es esencial. Un músico compone y toca para que alguien lo escuche, aunque seas tú mismo. Cuando te encuentras con personas que son capaces de entender y de emocionarse con lo que uno hace es como si se multiplicara toda la magia.
-En el Teatro Bretón y al calor de este ciclo hay una exposición fotográfica obra de Paco Manzano en la que se refleja la vida de Paco de Lucía. Y existe una foto cariñosísima con usted. ¿Sabe a cuál me refiero?
-Desde luego, fue en un concierto suyo en un teatro de Madrid al que fui como espectador. Entré y me dijo que me sentara con él y me cogió de esa forma tan cariñosa y especial. La verdad es que le admiraba mucho desde niño. De hecho, ha sido la persona que me ha marcado como artista en todos los sentidos. La primera vez que lo vi fue en un programa de la tele y cuando acabó les dije a mis padres que quería ser guitarrista como Paco de Lucía. Luego la vida me ha otorgado el privilegio de tocar con él, ser amigos y tener la oportunidad de bautizar a nuestros hijos juntos. Su pérdida me ha causado un dolor tremendo, todo lo que diga sobre lo que siento por él es poco.

«Paco de Lucía ha sido un genio absoluto»
Vicente Amigo tiene un respeto reverencial a la figura de Paco de Lucía: «Ha sido un genio de la música en todos los sentidos, alguien dotado de un don increíble por su talento, por su capacidad de trabajo, de creación, de apertura de la música. El flamenco, la música y los músicos le debemos mucho». Muchos especialistas en la guitarra flamenca consideran a Vicente Amigo como uno de los creadores más importantes del flamenco contemporáneo, y buena prueba de ello es ‘Tierra’, su último disco, en el que hay una búsqueda de sonoridades celtas con el son de la cadencia andaluza. Para Amigo, «la madre» es la música y por ello su carrera ha sido tan personal como difícil de contextualizar si se quiere etiquetar con un solo apellido o un estilo encerrado en sí mismo. Comenzó tocando de niño y tuvo la oportunidad de dar sus primeros pasos con el gran Manolo Sanlúcar, otro de los nombres mayores de la guitarra flamenca. Su gran salto lo dio en 1988, cuando obtuvo el primer premio de guitarra del Festival Nacional del Cante de las Minas de la Unión, además ese mismo año obtuvo el Premio Ramón Montoya, de guitarra de concierto en el XII Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. Ha grabado ocho discos y en el año 2010 editó ‘Vivencias. La Obra Completa de un Genio’, la primera gran antología de su carrera. Ha compartido escenario con los más grandes y su disco ‘Paseo de Gracia’, en el que colaboró con Enrique Morente, es una de las obras esenciales del flamenco de los últimos años. o Esta entrevista la he publicado en Diario La Rioja


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