El título de este post bien podría ser una pregunta, pero no una pregunta cualquiera sino ésa pregunta que nos hemos hecho todos alguna vez en la vida,
¿Por qué nos emociona el toreo? A mí personalmente me emociona porque me hace sufrir y me hace gozar, porque me desespera y me apasiona, porque me electrifica el pulso sanguíneo y me detiene el latir del corazón. Las emociones son eso, emociones, impulsos incontrolables que brotan del alma y nos convierten en partículas diminutas que levitan por el eter de unos tendidos repletos de vida y aire.
¿Por qué nos emociona el toreo? esta pregunta la lanzó al aire el periodista
Pablo García-Mancha el pasado viernes en su programa taurino 'Sol y Sombra' de TVR. Como invitados: el poeta y escritor
Antonio García Gómez y el escultor
Gonzalo Ortigosa, ambos esgrimieron sus tesis doctorales sobre el asunto, Gonzalo "El ciudadano del Mundo" volvió a decir esas cosas que sólo él es capaz de decir y que uno ni siquiera es capaz de imaginarse, y el poeta Antonio García Gómez nos rescató del olvido palabras y adjetivos en desuso con los que calificar emociones y sentimientos en activo, mientras en la pantalla se iban sucediendo faenas históricas de
David Silveti, Rafael de Paula, Morante de la Puebla y José Tomás. Pero para mí, el momento cumbre del programa sin duda fue un documento de
David Silveti hablando sobre el sentimiento ético, estético y patético del toreo. Maravilloso, si yo fuese torero, me lo pondría cada tarde en el trayecto del hotel a la plaza, para no olvidarme jamás lo que soy y lo que represento.
Les recomiendo que vean los dos cortes del programa porque por cosas como ésta también es por lo que nos emociona el toreo