Urdiales apenas tuvo opciones en Valencia en una corrida de Jandilla con un toro de bandera para Castella
El riojano escuchó una gran ovación en el primero y Castella se encontró con el toro de su vida en el coso de la calle Xátiva
Tarde de detalles y torería en Valencia de Diego Urdiales ayer ante un lote con escasísimas opciones de lucimiento. Una corrida bajo mínimos de Jandilla y Vegahermosa sin apenas fondo de casta que salió suelta y mansona y que se acabó precipitando en el hondo sumidero de la irrelevancia. Excepto el quinto, ‘Horroroso’, que fue un toro de bandera y para el que el público valenciano pidió con fuerza el indulto del ‘bou’ tras una faena de Sebastián Castella marcada por la velocidad, la aliteración de series en redondo que prologó con sus característicos pases cambiados clavado como una estaca en el centro del ruedo. El jandilla, premiado con una apoteósica vuelta al ruedo, lució acucharadas defensas y las mejores hechuras de la corrida. Derribó en dos ocasiones al picador y embistió con soberana clase por ambos pitones, aunque el gallo francés no terminara nunca de acoplarse al natural. Estiró la faena buscando el indulto, el presidente le envió dos avisos desde el palco y despenó al toro de una estocada en los bajos. Dos orejas de poco fuste en comparación con la inmensa calidad del morlaco de Borja Domecq, que salvó los muebles gracias a este grandioso toro, un ejemplar con el que se desataron todas las controversias sobre si merecía o no el más alto premio. Este cronista se emocionó con su bravura y su entrega en todos los tercios. Claramente yo lo hubiera mandado a la dehesa. Pero no... Ninguno de los cinco cornúpetas restantes tuvo el trapío ni las hechuras que merecen un coso como el de la calle Xátiva ni una afición que llenó en más de tres cuartos un edificio bellísimo y señorial sobre el que ayer cayó la canícula del ferragosto en pleno mes de marzo. Treinta grados marcaban los termómetros cuando Urdiales se abrió de capote con el primero de sus galafates, un vegahermosa sin cuello llamado ‘Fantasía’, que tuvo buenas intenciones pero que echó la persiana tras la segunda serie con la mano derecha. Lo toreó con gusto a la verónica a pesar de las desigualdades de su embestida y abrochó la tanda con dos medias ceñidas en el platillo. La faena prometió con un inicio de doblones muy toreros del arnedano y dos series en redondo que catapultaron los olés y el arranque musical de la banda. Hubo dos cambios de mano primorosos, uno para abrochar una serie de derechazos y otro, mecido por la lentitud, tras el intento del toreo al natural, que deshabitó la faena de emoción y ritmo porque el toro comenzó a defenderse con cabezazos y frenazos en su embestida. Abrochó la faena con una extraordinaria estocada.
El segundo del lote del riojano fue, con diferencia, el peor toro de la corrida. Un animal que reponía, que salía huido de los engaños y con el que poco pudo hacer a pesar de que lo lidió con soltura con el capote y lo intentó una y otra vez con la mano izquierdo. El segundo mejor toro de la corrida también le correspondió a Castella, con el que se empeñó en una faena insustancial y kilométrica. Cayetano, por su parte, no tuvo su tarde. El lote tampoco le dio demasiadas opciones pero al diestro madrileño se le vio muy incómodo desde la lidia del dificultoso tercero hasta la porfía con el parado sexto.
o FERIA DE FALLAS. Toros de Jandilla-Vegahermosa, una escalera de presentación. De muy baja nota en líneas generales, excepto el quinto, ‘Horroroso’, un toro extraordinario que peleó con bravura en el caballo y que embistió con inmensa clase y profundidad en la muleta. El lote de Urdiales fue desesperante: el primero tuvo cierta calidad pero se acabó muy pronto y el cuarto fue astado impresentable, huidizo, manso y muy deslucido. Diego Urdiales: gran ovación con saludos y silencio tras aviso. Sebastián Castella: silencio tras dos avisos y dos orejas tras dos avisos. Cayetano: silencio en su lote. Plaza de Toros de Valencia, más de tres cuartos de entrada. 9º de abono. Calor bochornoso y viento racheado que influyó para mal durante toda la corrida. El banderillero de Cayetano Javier Gómez Pascual, fue prendido de forma dramática por el segundo de la tarde. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja