jueves, 12 de abril de 2018

«Todos los cantaores buscamos nuestro estilo más personal»


El extremeño Miguel de Tena, ganador de la Lámpara Minera, cierra esta noche los conciertos flamencos del Salón de Columnas

Miguel de Tena (Ruecas; Badajoz, 1976) cierra hoy a partir las 21 horas los conciertos del Salón de Columnas de esta XXII edición de los Jueves Flamencos: «Llevo unos veinte años con la bandera del flamenco extremeño por todo el mundo, aunque no se conozca tanto fuera de nuestra tierra la expresión genuina y propia de nuestro cante». Y es que existen infinidad de variantes canoras en el flamenco extremeño: los jaleos, los fandangos de Fregenal, los tangos, la taranta de Pepe el Molinero, pero «lo más singular es que al interpretar estos cantes introducimos giros y terminaciones que tienen que ver con nuestra forma de hablar, con la manera que tenemos de pronunciar el idioma. Y pongo algún ejemplo, en vez de decir chiquitito, nosotros decimos ‘chiquinino’ y eso se traslada al cante: ‘Que vengan de dos en dos, que vengan de tres en tres, que yo tengo unas ‘alpargatinas’ que me bailan en los pies’. Estos son ‘dejillos’ de nuestra idiosincrasia a la hora de hablar cotidianamente y que tiene después su reflejo en nuestra manera de cantar».

Los grandes
Pero más allá de todo esto, la fuente en la que bebe el cante de Miguel de Tena también es la del flamenco más clásico, en nombres esenciales en la historia de este arte: Vallejo, Fosforito o Antonio Mairena: «La verdad es que me gusta tener un abanico muy extenso de referencias y de búsqueda. Desde que comencé mi andadura por el cante flamenco he perseguido el sonido de grandes cantaores a los que he escuchado muchísimo para después quedarme con lo que más me gusta y emociona. De todos aprendes y de cada uno de ellos descubres matices asombrosos que luego puedes incorporar a tu estilo. Por ejemplo, de los cantes de la época dorada del flamenco de Manuel Vallejo me quedo con sus fandangos, con sus cantes libres como la granaína o la malagueña, tan sutiles y bellos. De Antonio Mairena destaco su rotundidad al cantar por siguriyas o por soleá y de Fosforito me emocionan la caña o las alegrías».
Y una vez establecidas las bases y la estructura geométrica de los cantes, llega el momento de hacerlos propios e interiorizarlos para encontrar el eco más personal posible: «No es nada fácil. Y es curioso, todos los cantaores han hecho cantes de otros y han sonado genuinos. Antonio Mairena se iba a escuchar a determinados cantaores que le emocionaban y Camarón, mucho más cercano en el tiempo a nosotros, hacía tres cuartos de lo mismo. Luego los adaptaban a su forma y a sus maneras. Yo hago lo mismo, los escucho y después trato de aportar mi cante personal, el estilo que surge en mi interior. Cada uno tenemos nuestra voz, nuestras cuerdas vocales y unas vivencias diferentes. Es como un trabajo de recopilación y de adaptación a nuestras características personales».

Lámpara minera y caza
Miguel de Tena ganó la Lámpara Minera, precisamente una especialidad de cantes radicalmente alejados de la expresión extremeña: «Fue un reto increíble puesto que es un universo flamenco muy diferente y tuve que estudiar muchísimo. Me sirvió, me dio a conocer mucho y crecí como cantaor porque me dio la oportunidad de incorporar a mi acervo nuevos matices. Fue un verdadero orgullo ganar». Uno de los cantes que más fama le ha dado son los llamados ‘Fandangos de cacería’: «Son lances de caza. El fandango tiene la estructura de un poema y yo canto cosas como ésta: ‘Vaya liebre más bravía a la que mi perro corrió / vaya liebre más bravía / cuando al alambrado llegó / se enganchó y no podía / por eso no la mató’. Son anécdotas de una jornada de caza. Soy aficionado a la caza y mi modalidad es la caza del conejo con podenco».

La gran emoción del toque del cordobés Antonio de Patrocinio 
Antonio Luque, ‘Patrocinio’, vuelve a los Jueves Flamencos tras haber actuado en varias ocasiones con maestros de la talla de Manuel Moreno ‘El Pele’, en conciertos en los que demostró su calidad y capacidad para el toque de acompañamiento. Antonio nació en Córdoba el 20 de mayo de 1973, y desde muy pequeño viveió en un ambiente muy flamenco ya que su padre es el cantaor cordobés del Campo de la Verdad Antonio de Patrocinio. Comenzó su aprendizaje a los once años con el guitarrista Juan Muñoz ‘El Tomate’. Después pasó a la academia de Concha Calero y Merengue de Córdoba y entró a formar parte de su cuadro flamenco. Con Merengue estuvo ocho años tocando para baile y perfeccionando el acompañamiento al cante. Desde ahí dio el salto a los escenarios de toda España con ‘El Pele’. Posee una depuradísima técnica y un toque muy personal adquirido a lo largo de grandes vivencias por todo el mundo. Su guitarra es pura emoción y su talento es la muestra indudable de su privilegiada herencia. Como todos los años, el nivel de los tocaores de estos conciertos es de primerísma división y redondean la categoría de uno de los grandes ciclos flamencos de España. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja

gracias por visitar toroprensa.com

Blog de ideas de Pablo G. Mancha. (Copyleft) –año 2005/06/07/08–

Queda permitida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta bitácora, en cualquier forma o modalidad (Siempre y cuando se cite al autor)