Lorena Muñoz Limón es periodista y escribe crónicas y reportajes taurinos en Abc de Sevilla, ciudad que conoce y ama y de la que esta tarde, a partir de las 20,30 horas, hablará en el segundo de los capítulos del ciclo de conferencias organizado por el Club Taurino de Alfaro, en una ponencia titulada ‘En casa de José y Juan’, un paseo por la mítica personalidad de dos de los grandes arquitectos del toreo moderno.
-¿Sevilla es Joselito y Belmonte?
-No se puede entender la historia de la ciudad sin el alma de ambos personajes. Fue como un milagro que se dieran cita a la vez en el tiempo y cambiaron la historia del toreo, de la ciudad y si se me apura un poco también la de España.
-¿Qué es lo que destaca de ellos?
-Imagino que tuvieron una personalidad gigantesca porque un siglo después se sigue hablando de ellos con enorme admiración. Y además, siguen apareciendo documentos alrededor de ambos. Personalmente tuve la oportunidad de visitar el cortijo de Pino Montano, que era la casa de José y después de Ignacio Sánchez Mejías. Era íntimo amigo de Federico García Lorca y a él fue la persona a la que se le debe la mítica reunión de los poetas de la generación del 27.
-¿Y de Belmonte?
-Yo siento una especial predilección hacia su figura. Era de Triana, que es mi barrio, y trajo al toreo el sentido trágico de la vida. En la conferencia podremos disfrutar de unas imágenes inéditas suyas que se presentaron en el Festival Europeo de Cine de Sevilla en 2017. Es un privilegio absoluto acercarse a su figura con tomas que van desde 1928 hasta 1961.
-La sensación es que quizás por la novela de Manuel Chaves Nogales la figura literaria de Juan Belmonte ha eclipsado a Joselito…
-Totalmente. En Sevilla es casi un desconocido, no tiene ni una estatua como la de Juan en el Altozano. Fue un hombre que se enfrentó a los poderes establecidos de aquella época en la capital. Construyó una plaza de toros Monumental que se inauguró en 1919; se cerró al año siguiente de su muerte y la derribaron en diez años después. Era uno de sus sueños y apenas queda ningún vestigio. Además, mucha gente de Sevilla no conoce esta historia.
-España se dividió en ‘gallistas’ y’ belmontistas’...
-Y cuando murió José todos se hicieron de Juan. Ellos eran grandes amigos y a medida que los vas conociendo te haces partidario de ambos por completo. -Era increíble la relación que tenían los toreros de aquella época con los intelectuales. ¿Se podrá recuperar algún día? -El torero vive ahora mucho más recluido en su mundo y alejado de la sociedad. Además, gravitan una serie de complejos en torno a la tauromaquia que antes no existían. o Esta entrevista la he publicado en Diario La Rioja
