domingo, 20 de marzo de 2016

Alejandro Gardel, nuevo Zapato de Plata de Arnedo

Justo Rodríguez
Alejandro Gardel, alumno de la Escuela Taurina de El Juli, se proclamó ayer ganador del XV Zapato de Plata de Arnedo. El torero de Pinto se impuso en la votación final a Ángel Téllez y especialmente a Diego Luque, que fue a la postre triunfador numérico de la novillada al cortar dos orejas y salir a hombros del Arnedo Arena en el festejo que puso final la Feria de San José. A pesar del frío, el coso arnedano volvió a registrar una extraordinaria entrada y los aficionados pudieron disfrutar de una novillada variada y entretenida en la que destacaron dos buenos ejemplares del desigual envío de la ganadería de ‘Los Ronceles’, los corridos en segundo y tercer lugar y que a la postre propiciaron las dos faenas más interesantes de la corrida, entre ellas la del nuevo Zapato de Plata, Alejandro Gardel. Ese segundo novillo tuvo un son superior por el pitón izquierdo y la principal virtud de Gardel fue la capacidad que tuvo para ajustar la velocidad del engaño a la noble embestida, que curiosamente era más y más agradecida cuando el vuelo de la muleta viajaba con más suavidad. Gardel cuajó una faena limpia, de trazo impecable y medida de fondo y forma. Hubo naturales muy buenos aunque pecó por momentos de escaso ajuste. Pero la sensación que dejó fue buena y la estocada le sirvió para lograr, de lejos, la faena más importante de la corrida. El segundo de sus oponentes fue un novillo muy deslucido, altiricón y sin celo, muy poco propicio para el triunfo. Diego Luque se llevó el mejor lote, especialmente con el cambiante tercero de la función, un ejemplar con una acusada querencia hacia las tablas en los primeros tercios pero que desarrolló gran nobleza en la muleta. Tuvo mucha clase este novillo con el que Luque intentó torear bien con la mano izquierda sobre todo en los inicios de cada muletazo. Es curioso, con el sexto pareció otro torero, con la figura excesivamente forzada y abusando de un discurso demasiado demagógico con el toro, un animal rajadito pero noble con el que se perdió mucho más en efectismos que en el toreo verdadero. Hubo momentos realmente desafortunados con la mano izquierda citando totalmente fuera del sitio y varios rodillazos que causaron muy mala impresión entre los aficionados por la brusquedad de su toreo. Cortó dos orejas, salió a hombros, pero la decisión del jurado fue distinta al veredicto del público asistente. El peor parado de la tarde fue Ángel Téllez, que tuvo delante los dos peores novillos del encierro y que fue volteado varias veces. En el primero en el inicio de rodillas, y en el segundo de su lote (cuarto de la tarde) en un casi incontable número de ocasiones. Pero Téllez no se miró nunca. De hecho, en ese novillo, el diestro vivió una pelea interior consigo mismo de la que salió victorioso. Es cierto que en ocasiones pareció a merced de una embestida que se metía por dentro y que lo arrollaba, pero lejos de acobardarse, Téllez fue buscando el sitio al novillo presentando cada vez mejor la muleta. Valentía, coraje, entrega, sacrificio, voluntad; es decir, una vergüenza torera a prueba de cualquier contratiempo y que estoy absolutamente seguro de que le hará crecerse como torero. Tiene valor, valor de verdad, valor para pasarse las embestidas por los tobillos y no mirarse tras las volteretas.

o Feria de San José (Arnedo) Novillos de Los Ronceles, desiguales de presencia, pero serios y de juego dispar. Los dos mejores, los corridos en segundo y tercer lugar. Ángel Téllez: Ovación tras aviso y ovación tras dos avisos. Alejandro Gardel: Oreja y silencio. Diego Luque: Oreja y oreja. Plaza de toros de Arnedo. Casi tres cuartos. Alrededor de 2.500 espectadores en una tarde muy fría. Alejandro Gardel logró el Zapato de Plata tras la votación del jurado.

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