domingo, 28 de febrero de 2016

ROCÍO MÁRQUEZ Y EL ÉXTASIS

Es complejo, se diría que casi imposible, convertir en palabras las emociones que se desataron el jueves en el Teatro Bretón con el concierto de Rocío Márquez, posiblemente el más esperado del ciclo y también uno de los más gozosos de estos últimos veinte años en Logroño, que se dice pronto pero que en ningún caso supone una exageración o un desafuero de este cronista obnubilado por el cante de Rocío desde que la vio por primera vez. El concierto fue un éxtasis de flamencura desde la malagueña inicial hasta ese final por fandangos respirados ya con la lumbre del gentío completamente desbocada. Y es que hasta a Rocío se le había trasfigurado el gesto de tanto cante que fue capaz de declinar con una rara mezcla de poderío y gusto, de elegante tensión dramática y de un sinfín de bellezas destiladas en melismas, remates, tercios, arabescos y frases extraordinariamente complejas y bellas como el aroma de un vino excepcional, un vino macerado en paciencia y conocimiento, un vino único como única es la voz de esta flamenca providencial. Hubo tantos momentos únicos que es difícil recopilarlos. La siguiriya fue fascinante con el pregón del uvero; o esos caracoles del alma, o la complejísima petenera mecida de una manera excepcional por Miguel Ángel Cortés, que estuvo sencillamente colosal toda la noche, desde el trémolo de la malagueña a los juguetillos de los cantes marcheneros. Qué encuentro más poderoso de dos artistas únicos y unidos por el talento y el desarrollo de un lenguaje flamenco que sin abandonar ni un ápice el fondo tradicional de esta manifestación artística, lo encaraman, además, a un plano creativo sorprendente porque existe detrás de cada nota un planteamiento intelectual, una búsqueda, una pasión que no desmerece antiguos sabores porque no se basa en ningún raro artilugio para crecer; se basa en el conocimiento más radical de lo que se hace sobre el escenario. Y es que Rocío, además, se dejó la vida cantando. Hubo tantos perfiles cantaores: Pastora, Marchena, Vallejo, Morente... Todos ellos y más revivieron el jueves en el escenario del Teatro Bretón gracias a una voz clave del cante contemporáneo: Rocío Márquez. o Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja 

o XX JUEVES FLAMENCOS
Cante: Rocío Márquez. Toque: Miguel Ángel Cortés. Compás: Los Mellis. Teatro Bretón (lleno). Jueves, 24 de febrero de 2016

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