domingo, 3 de enero de 2016

Los toros y su defensa jurídica, por la plataforma de acción 'Ignacio Sánchez Mejías'

Nace una plataforma para la salvaguarda cultural del toreo en la legislación

La entidad quiere impulsar la declaración de los toros como 'Manifestación del Patrimonio Cultural Inmaterial español'


Un grupo de aficionados ha puesto en marcha en Sevilla la plataforma de acción 'Ignacio Sánchez Mejías' (nacida en la estela del VII Seminario de la Cátedra Ignacio Sánchez Mejías de la Universidad de Sevilla, que tuvo lugar en la Real Maestranza de Sevilla los días 27 y 28 de octubre de 2015), con un plan de trabajo basado en dos campos de acción jurídica que requieren la adopción de medidas inmediatas: en primer lugar el pleno desarrollo de la consideración de la tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial para defender esta condición ante las Administraciones públicas, y un segundo estadio basado en la protección jurídica de los aficionados y los profesionales del toro frente a las conductas agresivas y difamatorias de los antitaurinos.

Un ejemplo es Francia, donde la legislación taurina nació marcada por el signo del proteccionismo de una tradición minoritaria y territorialmente localizada. En el 2011 se logró la inscripción de la tauromaquia en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado francés, como paso previo a que éste lo hiciese ante la Unesco en el marco de la Convención Internacional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad del 2003. Para la nueva plataforma, la tauromaquia cumple sobradamente todos y cada uno de los elementos diferenciales que las manifestaciones culturales han de acreditar para poder ser consideradas como bienes integrantes del patrimonio cultural inmaterial en el marco de la Ley 10/2015. Lo que se necesita para ello es que el Ministerio de Cultura, por petición motivada de personas físicas o jurídicas que esgriman un interés legítimo para ello, inicie un expediente de declaración de la Tauromaquia como 'Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial', que es la fórmula legal concreta que permitiría proteger la Tauromaquia desde el Estado y adoptar medidas de salvaguardia frente a su menoscabo. Al tiempo que se tramita esa declaración ante el Ministerio de Cultura, debería instarse a la Administración central que elevase a la Unesco una propuesta para la inclusión de la tauromaquia en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y, más concretamente, en la Lista de bienes que requieren «medidas urgentes de salvaguardia», que reflejen de los principios y objetivos de la Convención Unesco. Para esto último sería conveniente recabar el apoyo y el compromiso de los ocho países que cuentan con una tradición taurina acreditada (Portugal, Francia, México, Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela, además de España), ya que el único que ha logrado esta inscripción, y sólo para la vivencia de la tauromaquia en dicho país, es Francia.

El pleno desarrollo de la consideración de la tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial permitiría un auténtico blindaje jurídico frente a declaraciones abolicionistas u obstruccionistas a la fiesta que las propias administraciones públicas, sobre todo las locales, están continuamente haciendo, ya sea desde la retirada de fondos públicos a la fiesta y a las escuelas de formación, ya desde el rescate de concesiones de plazas de toros de titularidad municipal, ya sea prohibiendo la exhibición de publicidad anunciadora de festejos. Todas estas decisiones, que tiene la naturaleza jurídica de actos administrativos, se pueden y se deben impugnar ante los Tribunales para garantizar el derecho de los aficionados al disfrute de un bien considerado patrimonio cultural inmaterial.

De hecho, los aficionados que integran esta plataforma dicen estar convencidos de dos cosas: «Que la defensa de la fiesta de los toros ha de librarse hoy desde el mundo del Derecho y de los Tribunales y que ello no será posible sin un liderazgo claro de la afición, que es el único colectivo que no tienen intereses económicos en la fiesta, ni directos, ni indirectos; el único que no participa de las corroídas luchas intestinas del sector (sino que más bien las padece) y cuyo único ánimo es la reivindicación, defensa y preservación de un bien cultural que estiman como algo esencial a sus vidas e íntimamente propio». El propósito de la Plataforma, en este sentido es doble: recabar el mayor número de apoyos posibles para impulsar ante el Ministerio de Cultura el expediente de declaración de la tauromaquia como una 'Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial' español. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja

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