viernes, 6 de junio de 2014

TORERÍA INUSITADA DE DIEGO URDIALES

Diego Urdiales posiblemente dibujó una de sus mejores faenas en Las Ventas a un toro mediocre y sin apenas gas de Adolfo Martín que no le permitió ligar los muletazos -como sin duda deseaba- pero al que toreó con una asombrosa ductilidad, con tanto temple, con tanto ritmo y con tanta belleza, que cuando la plaza comprobó la altura de la faena silenció las protestas de los que no aguantaban la sosería del astado de Adolfo y contempló, atónita y ensimismada, la rotunda naturalidad de aquellos lances. Diego toreó con el alma en una faena que comenzó con la mano derecha a media altura y que alcanzó sus cotas de mayor intensidad al natural. La muleta muerta en la cara del toro, lacia, sin la más mínima tensión, para tirar casi milagrosamente del albaserrada con una lentitud parsimoniosa en varios naturales que fueron auténticos carteles de toros. Quizás Diego Urdiales en Madrid sintió el toreo como casi nunca y aunque no llegó el triunfo tantas veces anhelado, dejó sobre el ruedo de Las Ventas la evidencia del aroma único de su toreo, de su hondura y de que lo suyo es muy diferente a lo de la mayoría de sus compañeros del escalafón. Tengo la sensación de que Diego se precipitó al entrar a matar, pero lo cierto es que tanto el pinchazo como la media que sirvió para despenar a ‘Escribiente’ habían caído en la misma yema. No lo sé, pero el toque de atención del torero de Arnedo en Madrid es ya inapelable y su situación en el escalafón es un auténtico clamor. Torea como casi ninguno y más pronto que tarde llegará el toro que tanto tiempo lleva mereciendo para redondear con la puerta grande su torerísima trayectoria.

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Blog de ideas de Pablo G. Mancha. (Copyleft) –año 2005/06/07/08–

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