domingo, 11 de mayo de 2014

Tauromaquias metafísicas

El escultor riojano Gonzalo Ortigosa expone su obra desde mañana en Las Ventas

Las ‘Tauromaquias Vacías’, se podrán disfrutar en la Sala Antoñete de la plaza de Las Ventas hasta
el próximo 18 de mayo

El escultor riojano Gonzalo Ortigosa Yoldi debuta en San Isidro. Desde mañana y hasta el próximo 18 de mayo expondrá su obra en la prestigiosa ‘Sala Antoñete’ del coso taurino más importante del mundo en el seno del programa cultural diseñado por la Comunidad de Madrid durante la feria taurina. Ortigosa Yoldi, que tiene en su haber varios premios, que ha expuesto en distintas galerías de España y que estará próximamente en el Würth tras imponerse en un premio para jóvenes autores, se presenta en Madrid con sus ‘Tauromaquias Vacías’, un estudio muy personal sobre el vacío, el espacio, las líneas y los planos irregulares que se dan cita en una tarde de toros jugando con el suprematismo, las cajas metafísicas y la herencia de Oteiza, una de las grandes referencias de este artista riojano.
Ortigosa explica que «al igual que la arquitectura, la escultura y la pintura, el toreo es un arte definido por espacios. Su fin es mostrar lo invisible, dar sentido a lugares que no se perciben debido a su abstracción. La concepción actual del espacio es un producto de la mente griega. De acuerdo con esta concepción vemos las cosas, las personas y los objetos pero no el espacio. Este pensamiento, esta concepción espacial da lugar a una nueva ciencia, la geometría, basada en el estudio de las propiedades y de las medidas de las figuras en el plano o en el espacio. El arte del toreo mantiene viva esa concepción y actualmente es una de las escasas disciplinas artísticas que siguen brillando por méritos propios». Y va más allá: «La serie ‘Tauromaquias Vacías’ nace no sólo desde la teoría espacial sino desde el profundo e íntimo sentimiento de veneración al rito de la lidia. Creo en el toreo tanto como creo en la vida. Creo en el rito, en el simbolismo y en el tiempo como entes intangibles. Creo en el toro, en el tótem y en la bravura como ejemplos inmaculados de lo irracional y libre. Postulo que el toreo es un camino recto hacia la trascendentalidad del ser humano y que el vacío sentido de un toreo delante del toro responde a una intensa llamada de lo desconocido, del miedo y de la muerte. El hombre ha pretendido con el arte del toreo perfeccionarse a sí mismo, demostrar su hegemonía racional y llevarla a instantes de clarividencia». Asevera Ortigosa Yoldi que los vacíos de estas ‘Tauromaquias Vacías’ están ahí para que «el espectador los ocupe con sentimientos y sueños y para, quién sabe, los haga suyos y sea capaz de llevarlos a cabo». o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja

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