martes, 20 de mayo de 2014

Revolución cultural en Juan Pedro

Parladé lidió en Madrid una de las corridas más bravas de las últimas temporadas

Juan Pedro Domecq, fallecido hace tres años, estaba considerado como el adalid del llamado ‘toro artista’. Su ganadería se había convertido en la quintaesencia del lujo, la toreabilidad y la dulzura, tanto que acabó por convertirse en un toro insustancial en muchos casos y mil veces repetido puesto que vendió vacas y sementales por medio mundo (era algo así como el culpable de todos los males que asolaban la fiesta).  Sin embargo, su hijo, llamado también Juan Pedro, ha revolucionado la ganadería y a través del segundo de sus hierros, anunciado como Parladé, ha marcado un camino diametralmente distinto –lo llevaba varios años buscando a la vera de su padre– y que ahora capitanea en solitario. Y como ejemplo de todo esto, el corridón que lidió el pasado martes en Las Ventas y que descolocó fatalmente a un sector de la afición que le había puesto bajo sospecha y que sin apenas darse cuenta se encontró con seis toros encastadísimos que se llevaron por delante a un veterano como ‘El Cid’, a un novato como Ángel Teruel y que propiciaron la salida por la Puerta Grande de Iván Fandiño.  Los seis fueron de nota: bravo el primero, encastadísimo el segundo, sensacional el tercero, emocionante y con calidad el cuarto, muy bueno el quinto y nobilísimo el sexto. Una corrida, en fin, para el recuerdo y la reflexión. ¿Pero dónde radica el cambio absoluto de esta ganadería? La raíz se encuentra en el trabajo que está realizando el nuevo Juan Pedro en ‘Lagoa’ (finca portuguesa de Parladé) desde 1992. En este laboratorio buscó un nuevo toro: bravo y noble, pero exigente y repetidor. Su padre llegó a tener 700 vacas y lidiaba todo: desde lo mejor a lo peor y la ganadería acabó degenerando. Pero Parladé seguía a lo suyo, hasta que encontró la base que iba buscando: un semental llamado ‘Bullicioso’, tentado por ‘El Juli’ y que fue un prodigio de bravura, entrega y duración. Hijos suyos han sido toros como ‘Ingrato’, indultado por José Tomás en Nimes; el séptimo astado de la penúltima corrida de Barcelona, con el que triunfó Morante por todo lo alto, y hasta la corrida del martes, ‘Grosella’, lidiado por Fandiño el año pasado en Madrid y que resultó de una fiereza conmovedora. El nuevo Juan Pedro busca toros toreables pero emocionantes, toros que den sentido a la lidia y que necesiten toreros centrados y poderosos.  Y ahora está dando el paso de regenerar la ganadería de su padre. En ‘Tierras Taurinas’ cuenta Andrè Viard que en lo de «Juan Pedro se está llevando a cabo un proceso de absorción por Parladé», aunque como confiesa el ganadero, también está a la búsqueda de encontrar un semental de la casa pero de otras líneas, como la de Atanasio. De momento cuenta con ‘Bullicioso’, uno de los responsables del giro copernicano de esta ganadería. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja.

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