Apareció con Morante en la feria de Manizales y volvió a defender el toreo
«En la juventud actual existe una gran obsesión prohibicionista y un falso puritanismo animalista»
Andrés Calamaro ha vuelto a hacerlo y se ha posicionado una vez más a favor de los toros. En esta ocasión, el músico de origen argentino, lo hizo el jueves en el coso de Manizales (Colombia), donde se presentó junto con Morante de la Puebla para ver una corrida en la que actuaban José María Manzanares y Sebastián Castella. En una entrevista a ‘Diario Crítico’, Andrés Calamaro explicaba de esta forma las razones por las que ama el toreo: «Es un espectáculo único e incomparable. Hay estética y compás (muy parecido al de la música). Cada tarde de toros es un misterio, con un público exigente que espera que se produzca el milagro del arte. Es evidente que yo no he nacido en el barrio de Triana, pero es algo que me atrapó hace relativamente pocos años. Ahora estoy todavía aprendiendo».
Calamaro hizo una defensa impresionante de la fiesta en el programa de Buenafuente cuando se debatía la prohibición de los toros en Barcelona. El cantante leyó una carta escrita en estos términos: «Con solemnidad y no sin cierto pesar, renuncio con el estado televidente español de testigo a mi estatus de progre, sospechado de rojo y librepensador. Renuncio a la progresía porque quiero corridas en Cataluña, quiero correrme en una Fiesta de arte y muerte, verte correrte de buena suerte, y es más, quiero que vuelva José Tomás en Barcelona de nuevo y no me muevo de mi respeto a las tradiciones y que los papelones los haga mi compatriota que juntó cuarenta firmas por la derrota de esta fiesta que pintaron Goya y Picasso y por si acaso no quedó claro, le aclaró mi buen Andreu, que hago bulto por la libertad de culto y si prohibir es progesía y el progre es rabioso anti-rojo, mi antojo es renunciar al progresismo ahora mismo. ¡Toros sí, toros sí!».
Calamaro sigue explicando su devoción por los toros: «Tengo cincuenta años y en mi generación no se cuestionaba la existencia de la fiesta. Lo de ahora responde a un extraño puritanismo. Hubo un presidente al que se le ocurrió tirar una bomba sobre Europa, y en cambio no se le perdonó el lío que tuvo con una secretaria. En la juventud actual existe una enorme obsesión prohibicionista, y un falso puritanismo animalista. Lo explica muy bien el escritor Philip Roth en sus novelas. Cuando me empecé a aficionar, quise abonarme a Las Ventas para ‘culturizarme taurinamente’. Eso coincidió con el inicio de la recogida de firmas, tan encomiable, para conseguir una nueva ILP que devolviera los toros a Cataluña. Fui uno de los primeros en firmar. Y me da mucha pena que haya sido un argentino de Rosario el que comenzó la cruzada antitaurina. Este personaje, ayudado por unos políticos a los que no les importan nada los animales, y sí detestan todo lo que tiene que ver con España, consiguió la aberración de prohibir la fiesta en Cataluña. Ojalá vuelvan». o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja