Foto: Justo Rodríguez |
Morante, 'El Juli' y Manzanares inauguran hoy la temporada en La Maestranza
Morante de la Puebla destapó el tarro de todas las esencias hace unas semanas en Valencia, donde toreó con tal lentitud, con tal parsimonia, que en sus manos el toreo parece una disciplia onírica, inalcanzable, sutil y por qué no decirlo, trascendente. Es complicado describir la forma en la que se puede llevar una embestida ramplona cosida a la muleta con el tacto de las yemas de los dedos, deshacerse ante un toro y crear tanta belleza. No hubo orejas, pero nadie hablaba de otra cosa que esa manera de torear, lo nunca visto, algo así como una revelación ante el destajismo imperante. Hoy vuelve a Sevilla, una plaza en la que ha dejado faenas memorables pero en la que paradójicamente se le ha medido con una dureza incomprensible. Morante es Sevilla, quizás, pero el torero que más gloria ha bebido en La Maestranza en los últimos años ha sido José María Manzanares, un estilista que se consagró con la faena al toro 'Arrojado', aquel excepcional ejemplar de Núñez del Cuvilo que indultó en una tarde histórica. Manzanares cierra el cartel de una tarde en la que vuelve 'El Juli', que tras la ausencia del abono del año pasado, vuelve a ser una de las referencias de un ciclo en el que consumará su 'gesta' de vérselas en la feria con los toros de Miura, algo que no hacía en Sevilla una figura desde los tiempos de 'maricastaña'. Y para los tres, toros de 'Garcigrande', una ganadería que vive un momento excepcional, con un número realmente increíble de astados que embisten, a pesar de que un sector de la afición los desprecie y los llame 'garcichicos'. Morante estrenará un vestido de torear cuyos bordados están basados en la túnica de Nuestro Padre Jesús Nazareno y en la saya de María Santísima de la Concepción, titulares de la Hermandad del Silencio, y aunque no se ha desvelado el color del vestido, todo apunta a que podría tratarse de un nazareno o un carmesí. Manzanares no querrá perder el trato de favor que goza en El Baratillo, y 'El Juli', que cuenta sus corridas por puertas grandes, querrá imponer en el ruedo el poder de su muleta y la contundencia de su espada. El ganadero Justo Hernández ha avisado que si los toros embisten la corrida parecerá más grande de lo que es y que si no lo hacen sucederá lo contrario. ¿Qué querrá decir? Sevilla arranca la temporada más difícil en un año en el que la crisis económica ha hecho que no se televise ningún festejo y con la esperanza en que un triunfo sonado en esta corrida sirva de acicate para que los aficionados renueven sus esperanzas./ Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja