martes, 1 de noviembre de 2011

Andrés Pascual: «Muchas cosas claves de las relaciones surgen alrededor de una mesa»

Se diría que Andrés Pascual, que acaba de presentar su tercera novela: "El haiku de las palabras perdidas" escribe con la misma singularidad con la que habla, con descripciones tan elegantes y profundas como minuciosas, repletas de sensaciones y de fascinantes personajes. 

Andrés se relaciona con todos los aspectos de la vida y sus recovecos existenciales con unos ojos de escritor que tienen la virtud de transportar hasta las yemas de sus dedos los infinitos que descubre y procesa a cada instante. Por eso, la gastronomía y su relación con la comida no queda para nada alejada del discurrir de sus jornadas habituales de trabajo: «El 90 por ciento de los días como en casa», asegura un viajero infatigable que cuenta que cuando sale por el mundo le gusta probarlo todo: «Algunas ocasiones este ansia por conocer sabores y lo que se come por el mundo me ha generado algún pequeño inconveniente como una vez en la que creía que me quedaba sin respiración al dormirse la garganta tras tomar una especie de estraza, pero la realidad es que es fundamental cómo comen otros pueblos para saber una buena parte de su cultura, de la importancia que se le da al hecho de comer y las relaciones humanas que se generan en torno a una mesa». Comidas diarias
Andrés Pascual, además de escritor, es abogado y se sigue sintiendo músico. Uno de sus secretos es tener tiempo para casi todo: «Creo profundamente en la disciplina, en ponerte una meta para conseguir las cosas que quieres. Me levanto, desayuno y escribo hasta las once. Después voy al despacho a trabajar hasta la hora de comer con mi esposa; lo hacemos juntos y sin televisión. A la hora de comer se generan conversaciones fundamentales en una relación, es como un respiro necesario en la velocidad de los días. Ella es en gran medida la responsable de la salud de mi dieta: ensaladas, fruta, comemos un poco de todo y con moderación. La mayor parte de los días cocinamos, mejor dicho, cocina ella por la noche del día anterior para poder comer juntos al día siguiente». La conversación con Andrés Pascual se desarrolla en el restaurante Buenos Aires de Logroño, el lugar que ha elegido el propio protagonista: «Para mí esta casa tiene muchas virtudes y por eso suelo venir con frecuencia. En primer lugar se come de una forma excelente con una gastronomía tradicional y exquisita; y además es una maravilla la cocina de Pilar Royo ‘Pitu’ y el trato de José Mari, que le hacen a uno sentirse como en casa». Andrés Pascual le gusta tomar un plato de alubias de vigilia, un cocido exento de carne que en muchas ocasiones lo consume también como segundo plato. Pero en esta ocasión se decantó por unas deliciosas borrajas en las que ‘Pitu’ demostró todas sus cualidades como cocinera: «Es una verdura exquisita, suave, pero que tiene el incoveniente del trabajo que lleva limpiarla». Andrés es aficionado al vino y lo toma con moderación: «Tomamos Añares que lo suelen poner como vino de la casa y me resulta excelente. Me gustan los vinos clásicos de Rioja», matiza. Como segundo plato, Andrés Pascual eligió una lubina a la espalda: «Me ecanta el pescado así, tan sencillo, pero en que aparecen todos sus sabores». El postre fue una tarta de queso, deliciosa, pero de la que no abusó. 
El vino, con moderación 
Andrés Pascual se siente riojano y le gusta el vino, aunque es de esas personas que prefiere tomarlo con moderación. Para la comida seleccionó el crianza de Añares: «Tiene muchas cualidades».



o Esta entrevista la he publicado en Diario La Rioja. La foto es de Justo Rodríguez.

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