Javier Cortés me gustó el domingo en Las Ventas: toreo de verdad, colocación, temple, valor, maneras y estilo. Me gustaría ver a este matador en corridas auténticas, no con moruchos en una tarde, como la del domingo en Las Ventas, que parecía el desierto mismo del alma.En Arnedo, cuando tuve la oportunidad de verlo de novillero, me impresionó por su quietud a pesar de que no contó con utreros propicios para el éxito.
Atisbo en su toreo mucha profundidad, mucha quietud y un valor seco y sereno. Espero que los empresarios, tan monocordes y monótonos, no lo despeñen como han hecho con muchos otros.