jueves, 14 de enero de 2010

«Hay una arquitectura en el cante flamenco que conviene no tocar»

Regresa la voz más delicada del flamenco a Logroño: «Cada día canto de forma distinta, una respiración o un tercio pueden cambiarlo todo», dice Mayte Martín

Relata Mayte Martín (Barcelona, 1965) que anda «muy enredada» con un programa musical de Internet llamado Spotify a través del cual se puede navegar por toda suerte de estilos, autores y discos y «en el que casi sin darte cuenta te vas metiendo y una cosa te lleva a otra hasta dar con temas sorprendentes y desconocidos. Es como una gran madeja de canciones y artistas y lo alucinante es dejarse llevar», asegura la cantaora catalana que, junto al guitarrista Juan Ramón Caro, abrirá esta noche (21 h.) la XIV edición de los Jueves Flamencos en la sala grande del Teatro Bretón. Y es que Mayte, que actúa por tercera vez en este ciclo, se siente más que satisfecha por volver a Logroño, plaza en la que debutó en 1995 en el festival Actual, y a la que regresa con un concierto de flamenco clásico a la vez que anda disfrutando con esa joya titulada ‘Al cantar de Manuel’, donde se reúnen de una forma más que gratificante su música y su voz y la poesía del periodista y escritor Manuel Alcántara: «El disco surgió de un encargo que me hizo el director de la Bienal de Flamenco de Málaga, José Luis Ortiz Nuevo. Yo no conocía la poesía de Manuel Alcántara pero me cautivó por su belleza, por su desnuda sencillez; y de alguna forma había recuerdos tanto de la poesía popular flamenca pero también composiciones más largas que me fascinaron por su esencia intimista, por un tono poético con el que me identifiqué de una manera increíble. Cuando acepté la idea de darle forma musical no me salió flamenca porque tampoco quería amarrarla a un solo estilo, a una sola expresión artística. Se lo dije a José Luis Ortiz Nuevo, que lo entendió a la perfección, y me dio toda la libertad del mundo para hacerla en relación a mi sentimientos y a mi sensibilidad como artista; ha sido una experiencia inolvidable». El caso es que Mayte Martín, que ha transitado por diferentes músicas con un acento marcado siempre por el intimismo y un delicado sentido de la belleza, viene a Logroño a cantar el flamenco clásico, el de la malagueña de Chacón o la impresionante siguiriya y cabal de El Pena: «Cada día canto de forma diferente, un tercio, una respiración, un sensación distinta puede cambiarlo todo de forma radical. Ahí reside una de las mayores complicaciones del cante, cantar una soleá y que sea una soleá sin que el cantaor se comporte como un loro, como un mera repetición de algo que se ha aprendido antes. Lo que trato es de disfrutar en cada concierto sacando algo de mi interior que sea distinto. Es un reto, pero como artista es un verdadero desafío, aunque yo lo tomo con mucha naturalidad y sencillez». Y Maite tiene tiempo para hablar de la magia de la recreación: «En el flamenco existe una arquitectura perfecta que no conviene tocar porque son los pilares en lo que se sustenta el edificio del cante. Yo lo comparo a desmontar una radio pieza a pieza y luego volverla a montar. Hay que saber con exactitud para qué sirve cada cosa porque si te equivocas lo más seguro es que no suene a nada, que se estropee todo. Precisamente la genialidad de Chacón, por ejemplo, residía en su capacidad para crear una malagueña tan hermosa, tan perfecta… ¿Para qué cambiarla? Yo en ese sentido soy muy respetuosa y lo que hago es imprimirle mi personalidad, mi propio acervo, cada cosa que me hace sentir».

Vivencias y estilos. Y sobre si las vivencias influyen en esa forma de cantar, la barcelonesa lo tiene totalmente claro: «A lo mejor pierdes ese chorro brutal de voz de los veinte años, pero ganas muchas más cosas, un reposo, un sabor y unas sensaciones que casi no podías ni imaginar que se encontraban dentro de uno mismo, pero que estaban ahí». Pero, dónde reside la creatividad en el cante jondo: «Ésa es una de las grandes claves del mundo flamenco, ser capaz de sentir cada compás como si fuera tuyo, interiorizarlo, comprenderlo para que luego en los conciertos llegues a esa precisión en los sentimientos; el flamenco es extremadamente meticuloso y exigente», subraya la cantaora. Mayte Martín ha cantado boleros, el disco anterior al de los poemas de Manuel Alcántara lo realizó con las pianistas clásicas Katia y Marielle Labèque con canciones populares y composiciones propios en los que volvió a subrayar ese universo intimista y profundo en el que desarrolla una carrera marcada por la singularidad: «La verdad es que siempre me ha interesado poco el ruido, prefiero el susurro y estoy absolutamente convencida de que hay mucha más gente que la que creemos que está en esa misma onda, que busca sensaciones profundas. La verdad es que yo tengo mi reducto personal y musical y procuro hacer siempre la música que me interesa, que me conmueva, que me haga sentirme persona. Lo demás, la verdad, me da igual».

o Cantaora: Mayte Martín, una barcelonesa intimista y delicada que hace del flamenco una cuestión de sutileza. Toque: Juan Ramón Caro (Barcelona, 1972) ha acompañado a artistas como Enrique Morente, Miguel Poveda, Arcángel, Ginesa Ortega o Perico Sambeat.

o Este artículo lo he publicado hoy en Diario La Rioja.

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