martes, 27 de octubre de 2009

La Rioja: entre hayedos y aguas calientes

El otoño riojano se define por la sorprendente paleta cromática de colores ocres que ofrecen viñedos y bosques desde el Valle del Ebro hasta las cumbres de la Sierra de la Demanda. Un recorrido para guardar en la memoria

El otoño es la estación por excelencia de La Rioja. A estas alturas ya se han recogido los frutos de la vid y las garnachas, tempranillos, viuras, mazuelos y malvasías comienzan a ofrecer sabores y aromas diferentes en las bodegas y, además, envejecen distintas para las miradas de los viajeros en un multicolor abanico de tonalidades sorprendentes, desde los picotas y cerezas de los feraces viñedos del monte de Yerga, a la suavidad de los pasteles ocres del tempranillo peludo de las antañonas viníferas agrestes que se asoman en las faldas de la Sierra de Cantabria hasta Haro, sin olvidar las luces marrones de las tablitas que se enredan caprichosamente en el discurrir del río Cárdenas. El valle del Ebro se abre mediterráneo en sus pies hasta ofrecer otro espectáculo cromático indescriptible que también tiene en esta época su momento más clamoroso: los bellísimos hayedos de las distintas sierras riojanas que, en una altura que suele discurrir entre los 1.200 y los 1.700 metros, escenifican bosques umbríos y tapizados de hojas que en esta época del año comienzan a vestirse con toda suerte de colores merced a las salpicaduras que propician otras especies naturales como los quejigales, el romero, los helechos o las encinas.

La Rioja es rica en hayedos y desde el Camero Viejo hasta la zona de la Sierra de la Demanda existe un buen número de ejemplos de lugares donde disfrutar de una perspectiva bellísima y delicada del otoño.Uno de los más singulares es el de Monte Real, situado en Ajamil de Cameros y al que también se puede acceder desde Arnedillo, famosa por sus aguas termales y su imponente balneario. Destacan sus curiosísimas pozas, recientemente acondicionadas, donde el agua emerge de forma natural a una temperatura de cuarenta grados. En tiempos se las conocían como las fuentes de los pobres, ya que a su lado emergía el famoso balneario «el de los ricos», valorado y explotado desde la época de los romanos ya que discurría por el pretérito sendero de una calzada que unía a Calagurris (Calahorra) con Numantia (muy cerca de la actual Soria).El agua emerge aquí a unos siete metros por encima del nivel del río y a tan sólo diez de su cauce, a una temperatura de 52,5 grados y con un caudal que mana a algo más de un litro por segundo. El balneario ha sido recientemente reformado y cuenta con modernísimas instalaciones en las que se ofrecen las principales técnicas de tratamientos termales. Además, y como curiosidad, la propia villa de Arnedillo celebra el último domingo noviembre la fiesta de San Andrés, en la que se saca al santo en la «Procesión del humo» y recorren sus empinadas callejuelas por las que se quema romero mojado para provocar grandes cantidades de humo que, inevitablemente, se inhalan a su paso. Dice la tradición que quienes pasan por «el humo» quedan inmunizados ante enfermedades infecciosas como la gripe. Esta curiosa costumbre comenzó en 1888, al sufrir el pueblo los efectos trágicos de una epidemia de viruela negra. Sus habitantes, vencidos ante la desgracia, buscaron en la fe lo que no podía proporcionarles la ciencia y colocaron una vela negra a cada uno de los siete santos que por entonces poseía la villa con el objetivo de sacar en procesión al que estuviese junto a la última vela en apagarse. Éste fue San Andrés, al que en estos días bajan del retablo para pasearlo junto al sanador humo.

Pero volvamos a los hayedos y dejemos La Rioja Baja para acercarnos al entorno del Najerilla y adentrarnos en Tobía y Matute, donde se extienden varios de los más amplios y bellos de toda la Comunidad. Además, un fácil itinerario permite al visitante recorrer esta variada masa forestal, bajo el horizonte de los montes Pancrudos, y observar especies faunísticas de tanto interés como el agateador norteño, el lagarto verde o el lirón gris. Su situación, al abrigo de la Demanda, con la sombra del San Lorenzo y cerca de Ezcaray, hace que se vea favorecido por una humedad constante y se salpique de abedules y álamos temblones, especies muy poco frecuentes. Suele llover mucho y el paisaje se entrecorta con una niebla que protege de las miradas a los corzos que se suelen dejar ver de forma inopinada, al igual que los ciervos y los jabalíes. En los ríos, además de la tradicional trucha riojana, hay espacio para las nutrias, el pequeño desmán ibérico y el muy escaso visón europeo. Sólo quizás el apresurado vuelo de alguna becada puede sorprendernos paseando por estos bosques ya que los reptiles y anfibios así como el lirón gris duermen en invierno a la espera de condiciones más favorables. La Demanda está poblada de hayas y robles que rodean la peculiar localidad de Ezcaray y sus bellísimas aldeas. Una de las citas más llamativas es el acebal de Valgañón y el llamado Llano de la Casa, donde Alto Oja forma rotundas cascadas entre pinos silvestres, bosques con robles albares, fresnos, arces y avellanos. Además, la red de senderos de La Rioja permite recorrer los paisajes naturales más atractivos, desde el Camino de Santiago hasta el Sendero de Gran Recorrido GR-93 que discurre a lo largo de la sierra desde Ezcaray a Cornago, o las Vías Verdes del Cidacos y del Oja, aprovechando los trazados de antiguos ferrocarriles a través de rutas de muy escasa dificultad que ofrecen la posibilidad de conocer muchos de los lugares más bellos de La Rioja.

o El Balneario de Arnedillo, que está enclavado entre el monte Encineta y el río Cidacos, se encuentra arropado por un circo montañoso que abre las puertas de la sierra riojana a la fértil vega del río Cidacos, uno de los parajes más bellos de La Rioja, sobre todo durante el otoño, la estación perfecta para visitar estas tierras. El Balneario, con aguas hipertermales de carácter minero-medicinal, con propiedades relajantes y antirreumáticas, es un clásico del sector termal en Europa. La oferta del Balneario Arnedillo incluye tratamientos de belleza, antirreumáticos y de relax. Entre sus instalaciones destacan la piscina activa, el baño romano, y la piscina de olas.

o Este artículo lo he publicado en el suple de viajes de ABC; las fotos son de Justo Rodríguez.

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