domingo, 21 de junio de 2009

José Tomás: ¿torero o suicida?

Un recorrido por la controversia sobre el toreo de José Tomás y las opiniones sobre su tauromaquia

«La segunda tarde de José Tomás en Las Ventas fue la apoteosis del toreo concebido como sacrificio, como ancestral lucha prehistórica por imponerse a la bestia sin artificios ni sutilezas. Dejó mal sabor de boca y mal sabor de todo en los aficionados cabales». Así se expresa Javier Villán, crítico taurino de 'El Mundo', en su tercer libro sobre José Tomás, en el que además de analizar la tauromaquia del torero de Galapagar especula sobre sus ideas políticas y las de muchos de sus seguidores: «La única conclusión -resume Villán- que pudiera sacarse de esta marejadilla republicana en torno a José Tomás es que no es un torero cortesano, lo cual está muy bien». Pero la polémica no se ha suscitado por la ideología del diestro. La chispa se ha encanecido porque Villán sostiene que en su perfil habitan dos toreros, «el de la luz y el de la revelación» y el que define como el de la «teoría de la cornada como un ritual salvaje».

El propio José Tomás no está muy de acuerdo con el planteamiento de Villán y hace dos semanas en la entrega de un premio al torero en el que Villán hacía de presentador, le espetó al crítico: «¿Qué José Tomás cree que ha venido esta noche; el torero o el suicida?», preguntó entre la incredulidad del los asistentes. Villán salió con fortuna del trance y desmintió que hubiera escrito que haya un José Tomás «suicida».

La tauromaquia más perfecta
Y es curioso, porque esta temporada, en la que no ha pisado ni va a pisar los ruedos de Madrid, Sevilla, Bilbao o Pamplona, su tauromaquia se está mostrando como la más perfecta de su carrera: apenas hay enganchones, sus tandas son casi siempre de seis o siete muletazos por ambos pitones y no ha recibido ninguna cornada en las doce corridas que ha toreado, marcadas siempre por haber agotado en todas las plazas las localidades y por triunfos tan memorables como los obtenidos en Nimes, Granada o Jerez.

Alfonso Navalón escribió tras una corrida en Madrid en 1999 que José Tomás «no sabe improvisar, no resuelve las situaciones difíciles y no tiene recursos cuando el toro presenta alguna dificultad. Por eso vienen esas cogidas absurdas». Y la especie se extendió de inmediato y críticos tan alejados de Navalón como José Antonio del Moral han llegado a escribir que «en lo único que se parece José Tomás a Juan Belmonte es en las muchas cogidas de ambos».

Hasta Juan Manuel de Prada, que reconoce en un artículo que se hizo taurino «el día en que los eurodiputados socialistas españoles votaron en contra de la concesión de subvenciones a las ganaderías de toro bravo», asegura que su toreo es como «un estafermo que se planta delante del toro y no se inmuta». Pero Prada va más allá y define así a sus seguidores: «Estos tomasistas sobrevenidos suelen ser progres que han hallado en José Tomás un banderín de enganche para hacerse perdonar su afición taurina».

Pero qué ha dicho Tomás de todo esto. La verdad es que poco porque no se prodiga. En una entrevista que concedió a Televisa comentó: «Yo no salgo a una plaza para morir, pero si sabes que te vas a morir, por supuesto prefiero morir en una plaza de toros que en un coche».

o Este artículo lo he publlicado hoy en la página de toros de Diario La Rioja y la foto la he encontrado en flickr y es de Dskciado y corresponde a un momento de la pasada feria de San Marcos.

o Los dos vídeos de abajo corresponden a la polémica entre José Tomás y Javier Villán y a la faena del torero de Galapagar en la pasada feria de Nimes.




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