miércoles, 3 de octubre de 2007

Rubén Pinar se proclama ganador del XXXIV Zapato de Oro de Arnedo

Baltasar Ibán obtiene el premio a la ganadería más completa del abono

Rubén Pinar, novillero albaceteño de Tobarra, se proclamó ayer ganador indiscutible del XXXIV Zapato de Oro de Arnedo. La votación emitida por el jurado no dejó lugar a ninguna duda, ya que de los 16 votos posibles, 14 fueron para él. El joven novillero también logró dos premios más: el destinado a la mejor estocada (Trofeo Antonio León) y al toreo de capa, organizado por la peña de Diego Urdiales. Esta circunstancia es novedosa en el palmarés arnedano, ya que hasta el momento ninguno de los triunfadores del abono había sido capaz de acaparar tal número de galardones. El segundo de los premios de la feria fue a parar a la ganadería madrileña de Baltasar Ibán, con ocho papeletas, divisa que cuenta casi todas sus apariciones en La Rioja por premios. Hace dos años se llevó el trofeo de la Comunidad Autónoma al toro más bravo de todos los lidiados en la región y ahora consigue este prestigioso galardón. Sin embargo, en esta votación no hubo el mismo consenso que en caso del novillero premiado, ya que seis sufragios fueron a parar a la ganadería de Bucaré, precisamente la divisa que fue jugada ayer. Las ganaderías de La Quinta y Nazario Ibáñez se llevaron un voto cada una.
El Fardelejo de Plata, trofeo destinado al banderillero más destacado, fue para Vicente Yesteras con siete votos; Abrahán Neira logró cinco y Luis Carlos Aranda obtuvo cuatro. Y curiosamente en este premio también existe una pirueta del destino, ya que Vicente Yesteras obtuvo uno de los primeros Zapatos de Oro puestos en liza, el correspondiente a 1982. Así, este torero de plata es el primero en obtener en Arnedo un premio destinado a un matador de novillos y otro a un subalterno. El novillo más bravo de la feria también tuvo mucho que ver con Rubén Pinar, ya que fue el que desorejó por partida doble en la faena premiada. El utrero pertenecía a la divisa debutante de ‘Torrehandilla’, se llamaba ‘Escubrido’ y estaba herrado con el número 168. A este astado se le concedió la vuelta al ruedo por su juego a petición del propio Rubén Pinar y en la mesa de votaciones se llevó nueve refrendos El premio al mejor puyazo ha sido el único que ha quedado desierto y el del toreo de capa el que dio más nombres, ya que además de Pinar se votó a Más, Jiménez y Naranjo.

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