domingo, 2 de julio de 2006

Victorino, el pijama de Padilla (chándal tal vez) y las inseguridades de Luis Miguel Encabo

Dice Victorino en su web que la corrida del sábado en Haro ha sido la más completa de su temporada. Pues pobre temporada la de Victorino porque el del sábado en la capital del vino fue un encierro interesante, con calidad en tres toros pero en todo caso en tono menor, porque la escasez de fuerzas y la poca –bajísima– bravura en los caballos del sexteto de la 'A coronada' da mucho que pensar. Juan José Padilla volvió a hacer el ridículo sim ambages en sus dos astados. Un ridículo tan prometedor como esa especie de chándal con ribetes de pijama con el que comparece en las plazas, un ridículo tan espantoso que le hace ser incapaz de ponerse ni una sola vez en el sitio: no le salió un muletazo limpio, no cogió la muleta más que media serie con la izquierda y abusó de sus toros pegándoles toda suerte de gritos sin ton ni son. Al primero lo pasaportó sin decoro alguno y al cuarto, mucho más potable, lo emperró con la muleta tan oblicua que parecía querer pinchar la oreja contraria del animalito en cada cite. Una pena que este ciclón ciclotímico sea un especialista de esta ganadería. (personalmente se me ocurre un manojo de toreros mucho más apropiado para estas corridas: José Ignacio Ramós, El Fundi, y ¿por qué no? José María Manzanares hijo, que anda que lo da todo –tal y como dice en Aplausos).
Luis Miguel Encabó bordó el toreo al natural con el segundo de la tarde, se relajó, se confió con el astado y tuvo dos virtudes que se antojan inverosímiles en estos tiempos: citar por derecho y no reponer entre muletazos. Hubo tres series preciosas, repletas de temple y aroma que por lo menos a mí me reconciliaron con el toreo. El astado de Victorino fue excelente en la muleta, al estilo del de El Cid en Madrid, aunque con más trapío. Anduvo justo de fuerzas pero embestía con los riñones.
En el segundo de su lote, también premiado con la oreja el torero, Encabo la verdad es que devolvió el trofeo. El toro era rabón, pero tenía un pitón izquierdo tan ofensivo como bueno para el torero. Pero Encabo se vino abajo y le faltó verdad en su faena; le faltó colocación y estructura de torero. Hubo detallitos, pero se dejó ir a otro gran toro…
Domingo López Chaves estuvo muy valiente y decidido en su primero, un astado de poco recorrido que no consentía chorradas. Aguantó firme y decidido tarascadas y parones y fue capaz de someter al manso no sin antes llevarse una violenta voltereta. Se pasó una y otra vez al pitón contrario y aunque mato mal, se llevó una oreja. En el sexto, un toro pegajoso y repetidor, López Chaves no quiso jugársela y abrevió.

Dice Iván que los toros estaban afeitados. Yo no lo sé, pero seguro que Victorino lo sabe.
¿Qué se piensa en la blogosfera?
¿Afeitará Victorino una corrida en Haro para Padilla, Encabo y López Chaves? ¿Si la afeita en Haro, la habrá afeitado en Madrid para El Juli o El Cid? ¿Saldrán afeitados en San Fermín?

gracias por visitar toroprensa.com

Blog de ideas de Pablo G. Mancha. (Copyleft) –año 2005/06/07/08–

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